Llega Joe Sinnott, que e da un acabado y una solidez a los lápices de Jack Kirby que siempre me han gustado una barbaridad.
Y llegan los Inhumanos, Silver Surfer y Galactus.
Muchos consideran que estos números son lo mejor del trabajo de Stan Lee y Jack Kirby pero no lo creo. Leídos de un tirón, o algo así, se ven muy improvisados, sin calcular una progresión dramática ajustada. Por ejemplo, la trilogía de Galactus acaba en a la mitad del Fantastic Four #50, de modo que el resto son rellenos como los problemas de un entrenador de un equipo de futbol americano universitario o que la Antorcha Humana conozca a su compañero de dormitorio en la Universidad. Después de una historia cósmica y llena de peligros, no puede evitarse sentir todo como un bajón.
O los Inhumanos, que no está claro qué son hasta un par de números más tarde. Para entonces nos han dicho que la familia real inhumana esta huyendo de hace tiempo, años, pero luego se plantan en su Gran Refugio, le quitan la corona a Maximus, que no deja de ser otro hermano maligno a lo Loki, y a otra cosa, mariposa. ¿En serio que no lo podrían haber hecho antes?
Para lo mejor queda poco, eso sí.
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