Estos números nos permiten ver a Roy Thomas empezando a estirar sus músculos creativos creando personajes que pasaron prácticamente al olvido como el Tigre o el Ogro, pero también otros más populares como Banshee, haciendo arcos como el del Mímico de miembro del grupo, y empezar a desarrollar subtramas más largas como la de Factor Tres.
Y Werner Roth, un dibujante clásico que, sin ser muy espectacular, le daba cierta frescura y un aire juvenil a una serie que lo pedía a gritos.
Siempre es agradable ver un nuevo cómic de este pareja artística.
Esto es un regreso a la historia, al mundo de The Long Halloween.
Creo que me he perdido muchos detalles, por los años que han pasado desde que la leí pero, incluso así, ha sido un delicia.
Un tomo bastante grueso con montones de bocetos de sus cuadernos, y que permiten ver lo obsesivo que llega a ser Steve Rude con el dibujo, más una buena recopilación de dibujos por encargo con las técnicas más diversas o incluso portadas que han quedado inéditas por los motivos que sean.
Soy muy fan de Rude, y disfruto mucho con estas publicaciones.
Ni me acordaba de que tenía este sketchbook firmado.
Ay, qué cabeza la mía.
Es curioso cómo König es capaz de sacarte carcajadas pero pocas páginas después ponerse serio y emocionarte con una simple conversación, para rematarla con alguna barbaridad y volver a empezar. Y encima me da que no es algo muy estudiado sino que es algo totalmente intuitivo y natural.
En fin, esta vez la cosa va de la andropausia, pitopausia, crisis de mediana edad, como lo queráis llamar y lo mal que lo lleva uno de sus personajes habituales.
Uno de los mejores cómics Marvel de los últimos años para un servidor.
Hay emoción, hay una premisa tal vez no muy novedosa pero sí muy bien desarrollada, hay unos personajes interesantes, hay giros sorpresa en la trama y tiene un grafismo de lo más resultón.
Una sorpresa maravillosa.
Mi saga favorita de los 4F de Stan Lee y Jack Kirby es ésta, con el Doctor Muerte robándole los poderes a Estela Plateada, los Inhumanos intentando salir de su encierro, etc...
Todo en su sitio y a plena potencia.
Maravillosa.
A ver, yo reconozco que he mamado los personajes Marvel toda la vida y si me los cambian, me chirría todo.
Pero a veces, si el comic tiene sus puntos de interés, pues lo llevas más o menos bien.
Esta no es una de ellas.
Porque me resulta extremadamente difícil ver cómo cogen a un personaje clásico y me lo transforma Ellis en un supervillano que ríete del Joker o uno de éstos.
Porque Karnak es eso.
Tiene que rescatar a un chaval que en teoría está secuestrado por un culto y se dedica a matar a mansalva a los miembros de ese culto. Habla en un interrogatorio con un hombre desarmado y porque le dice las verdades del barquero, su reacción es reventarlo, literalmente. Y ya no entremos en cómo acaba. Y sí, ya sé que es que los del culto saben cómo tocar su punto débil, pero los hechos son los hechos...
En fin, Ellis, vistos tus problemas personales y todo eso, si vas a ponerte en este plan, no te voy a añorar lo más mínimo.
Vaya decepción.
Las historias de vaqueros de la Marvel de los 60 estaban hechas con tiralíneas y se parecen los argumentos un montón unos a otros.
Pero a veces te llevas sorpresas, como en una de las historias de estos números, donde Kid Colt MATA al bandido que intenta dispararle por la espalda. Nada de dispararle a su revólver y que se quede sin arma o algo así, no. Lo MATA.
El resto... bueno. Sólo son aptos para convertidos, seamos sinceros. Pero tiene gracia ver llegar a autores luego conocidos como Herb Trimpe.
Stan Lee respondiendo a las preguntas de los lectores más curtidos sobre qué había pasado con la Antorcha Humana original.
Kirby dando espectáculo.
Qué lástima de las tintas de Colleta, porque tanto Kirby como Lee estaban en un momento dulcísimo y esto estaría a la altura de los Cuatro Fantásticos de esos años, si no fuera por eso.
Ego, el Alto Evolucionador, el Hombre Bestia, Ulik, ¡el fin del romance entre Thor y Jane Foster!
Grandes, grandes historias, sin duda.
Romita se va a Spider-Man y Colan pilla Daredevil, donde estuvo bastante, bastante tiempo, convirtiéndose en uno de sus autores más representativos.
Pero Lee empieza a dar muestras de no controlar y se nota en unos argumentos llenos de personajes ridículos como el villano Leap Frog, que no tiene mejor idea que disfrazarse de rana porque tiene unas botas para dar grandes saltos. Grotesco, incluso en su momento. No un canguro, no un saltamontes, por decir algo. Una rana.
O situaciones tan ridículas como que Spider-Man le escriba una carta a Matt Murdock diciéndole que sabe que es Daredevil (luego se ve que Spider-Man se olvidó del tema, seguramente por culpa de algún guantazo del Doctor Octopus), en lugar de decírselo a la cara. Y claro, Karen lo lee y se lo dice a Foggy corriendo. Lo de revelar la identidad de Daredevil ya le venía de lejos a la muy chivata. Y Matt, en lugar de decir Qué cosas, qué mal está la gente que se cree ser un superhéroe y a otra cosa, mariposa, les dice que Daredevil es un hermano gemelo del que nadie sabía nada, claro, porque no existe.
Posiblemente, de lo peor que publicó Marvel es esos años.
Humor y costumbrismo sobre cuarentonas, con un elenco de diversos arquetipos, con un dibujo especialmente simpático y vivo.
Marini nos cuenta en este primer álbum, de un relato de dos, una historia llena de los elementos tópicos y típicos de la serie negra: un atracador de buen corazón, una mujer fatal, el jefe de la mafia local que regenta un garito nocturno, sus matones...
No sé dónde acabará pero esta primera entrega se lee con gusto, el dibujo es espectacular, imitando las películas antiguas en blanco y negro aunque usando un color rojo para algunos detalles, y me encanta la ambientación (coches, calles, ropas, tiendas).
Corto Maltés en el siglo XXI debería ser algo más que un trotamundos con gorra de beisbol.
Vivès cumple de sobras y se puede leer, y eso que la trama es un desbarajuste que no tiene mucho sentido cuando te paras a analizarla, pero creo que se ha perdido mucha magia por el camino.
La portada me parece confusa con ese contrapicado, ese perro en primer plano que se confunde con el hombre y el coche...
La historia también.
Todo gira alrededor de las conversaciones entre un escritor especializado en biografías de escritores y un anciano que parece saber mucho sobre el único libro que escribió un autor que se suicidó en los 80. Hay momentos intrigantes, otros sugerentes. Pero otros, ay, tienen un aire tan artificial, con tanta recreación, tan pretenciosos, que me sacan totalmente de la historia, se rompe conmigo la suspensión de la incredulidad...
Por no entrar en el final, que me sigue pareciendo casi de episodio de The Twilight Zone.
Dice el guionista que la cosa va de física cuántica. ¿Será por eso que el principio de incertidumbre es constante? O que, al igual que con el gato de Schrödinger, este comic está vivo o muerto a la vez. No sé, yo no lo acabo de ver.
Al menos el dibujo, con esa pluma tan suelta y tan viva ha hecho que disfrute. Menos en la portada, eso sí.
¿Es un cómic? ¿Es un libro ilustrado profusamente? ¿Importa? ¿Se puede leer sin saber mucho sobre los surrealistas? ¿Quién ganaría en un combate entre Breton y Dalí? ¿Alguien se acuerda de quién era Nick Carter? ¿Por qué dibuja tan bien David B.?
Tanto oír hablar de la película, hizo que me apeteciese releer el comic original de Jack Kirby.
Hay que reconocerle a Kirby su capacidad para crear conceptos y personajes.
Creo que también es justo reconocer que a veces eso juega en su contra, porque en el primer número se nos cuenta la premisa de la serie con los Celestiales, los Eternos y los Desviantes, con la humanidad pillada en medio, y se presenta a Ikaris, el héroe que aparecía en la logoforma de las portadas y que uno asume como el personaje principal, más Margo Damian, su padre y Kro, el principal Desviante.
En el segundo llega Ajax.
En el tercero Circe.
Luego vienen Thena, Zuras, Karkas, el Olvidado, la Unimente, etc, etc...
Un no parar de personajes y situaciones que hace que que la trama se disperse más y más. Algo así como una mezcla entre los números de Alpha Flight de Byrne y la narrativa descomprimida que nos ataca desde hace años.
Y esto se nota en cosas como que Ikaris no se ponga su "uniforme" hasta el tercer número, que haya números donde lo aparca de mala manera para centrarse en otros personajes totalmente secundarios, etc.
Lo de que Kirby fuera a su bola y pasara del Universo Marvel es otro tema. Se nota que le presionaban pero el tío con meter unos agentes de SHIELD del montón, hacer un truco para que un chaval tenga la cara de la Cosa unas viñetas o sacarse un robot de Hulk, ya iba que se mataba. Kirby quería hacer su serie y punto, quería que le dejaran tranquilo.
Kirby en los años 70 sólo tuvo un éxito: Kamandi, la única serie que aguantó económicamente, puede que porque no fuera de superhéroes y por el tirón de las películas de El planeta de los simios. Todas las demás cerraron con cierta rapidez. Y estos Eternos no fueron una excepción.
Y es una lástima porque la premisa es potentísima, y creo que nadie ha conseguido sacarle el jugo. Nadie. No puedo más que lamentar que Kirby no hubiera tenido un editor que pudiera enfocar toda esa energía de una forma menos explosiva y caótica. Qué gran serie podría haber sido.
Hablando de comics clásicos que ECC no ha editado ni parece que tengan mucho interés, comenté el Deadman de Neal Adams. La reedición en papel Baxter de los 80 tiene el dibujo y el color original, no la versión remasterizada por Adams. Reconozco que hay muchos momentos en que su primer número luce mejor en la versión nueva, pero siempre prefiero leer las versiones originales.
A ver si me la acabo de releer toda....
Cierre de la trilogía de La noche de siempre y Fin de semana un montón de años después. Los personajes están mayores, claro, pero no han aprendido nada. Son unos impresentables, superficiales, egocéntricos. Peores que de jóvenes, diría yo.
Muy lamentables. Me ha sido imposible poder interesarme por estos dos mamarrachos.
Y el estilo de Montesol, puro abocetado con pincel, me parece muy incómodo para leer...
Nos podíamos haber ahorrado este cierre, la verdad.
Un número del momento más bajo y olvidable de la Warren, cuando se puso a reeditar material sin parar porque no tenía nada que sacar nuevo.
Este número tiene historias muy potentes, pero publicadas no hacía demasiado tiempo...
Al menos tiene una adaptación de un cuento de Lovecraft y Derleth, publicada originariamente en un libro de adaptaciones de cuentos de terror bastante raro y que es capaz de transmitir un cierto aire malsano, lo que no está mal.
En fin, lo de las reediciones de las antologías de historias de monstruos, terror light y ciencia ficción de Marvel dentro de los Marvel Masterworks parece que pasaron a mejor vida. Una tocada de narices para completistas.
Pero al menos ahorahay estos dos tomos con tooodaaaaas las historias que dibujó Steve Ditko, incluyendo algunas muy raras de otros géneros como el bélico o el western, que no son géneros que uno identifique con el creador de Creeper.
Son historias para ir leyendo poquito a poquito. Leerse un montón seguidas crea rápidamente una sensación de repetición bastante clara, ya que hay muchos relatos que tienen puntos en común o elementos narrativos similares. Pero poquito a poquito son una delicia, con un Ditko potentísimo y elegante, por no decir que divierte mucho cómo se prefiguran algunas de las historias de los primeros años del Universo Marvel.
Empezaremos el segundo tomo un día de éstos.
Poquito a poco, ya os digo.
Un cómic con autores sin acreditar sobre un juguete, conocido aquí como Big Jim.
El cómic es una marcianada.
Un fill-in, con Roy Thomas cogiéndose un mes libre, adaptando un cuento con Tarzan peleándose con un león y haciendo el bobo con su tribu de monos.
Tiene su gracia, pero muy trepidante tampoco es, la verdad.
Un número en la línea de los anteriores. La historia de Gallardo, o capítulo si queréis, es sensacional. Y son sólo dos páginas.
El típico encuentro de la JLA y la JSA, con el añadido de los personajes de Tierra-S (la del Capitán Marvel y su familia, para que me entendáis), en una historia algo enredosa y alargada, con demasiados personajes (algunos bastante terribles como Mister Scarlet y su ayudante Pinky, y que piden un tratamiento Vertiginoso a cargo de Morrison o algo así) y que sólo tiene el interés de ver si Superman y el Capitán Marvel se encontrarán de una vez y qué pasará, para que al final sea un poco tomadura de pelo...
Majaradas sin fin, chistes absurdos, referencias culturales de todo tipo y gags non stop.
¿Cómo no me va a gustar?
Otro especial pero escrito por Ralph Macchio, que tiende a hacer una historia más clásica, con Desviantes, Karkas, etc...
Correcta pero algo anodina.
Otro especial centrado en Ajax y Makkarri y sus neuras místicas.
Pse.
La pandemia hizo que se parara la producción de comics, o ralentizara, meses.
Entre los números 6 y 7 de Eternals, se sacaron algunos especiales, antes de seguir con la serie regular y Ribic dibujando. Éste se centra en contar la relación de los Eternos con Thanos, uno de los personaje simportanes de la nueva colección, incluyendo alguna resurrección sorpresa.
Ventiuna historietas de temáticas muy variadas de uno de los mejores equipos del comic humorístico de este país y con prólogo en forma de historieta corta de Andreu Martín y Mariel, cuando eran pareja en la vida y en el trabajo.
Muy simpático todo.
La influencia de las adaptaciones sobre el medio original del cómic es innegable. Batgirl y Harley Quinn nacieron en series televisivas y allí las tienes, por ejemplo.
El MCU ha devorado hace tiempo los comics y, ahora, los Eternos han tenido que adaptarse a los cambios realizados en la película. Reconozco que la explicación de por qué algunos Eternos han cambiado de sexo es ingeniosa, aunque me funcionan más algunos personajes que otros. Sprite me parece estupendo ya que el personaje sirvió, en la historia, de inspiración para algunos personajes de Shakespeare. Makkarri no, ya que Mercurio no era mujer, sordomudo, de raza negra... Pero es lo que hay. Al final, no dejan de ser detalles.
Gillen también ha añadido cosas al mundo eterno, con ciertas connotaciones éticas y morales muy interesantes de cara a ser exploradas en el futuro. No he visto la película pero sospecho que es de cosecha propia.
Y Ribic es muy espectacular, la verdad. Lo único que lamento es que se le nota que a veces tira de reciclar alguna viñeta de algún número anterior, esperando que con un color diferente no se note. O igual le importa un pito, no sé.
Supongo que muchos dirán de esta obra muda, a excepción de algunas onomatopeyas, que es cara porque se lee en un plisplás.
Bobos.
Confunden calidad con cantidad.
Esta es una obra que busca el minimalismo, tanto gráfico como literario. Pero esta lleno de contenido si lo sabes leer.
Porque es un cuento para niños con un pajarito de protagonista enfrentado a un viento que no lo quiere dejar y es uno para adultos sobre el acoso, la violencia y la negación de no ser correspondido.
Y porque la elegancia del trazo de Max no ha estado nunca mejor. Cada línea, cada curva, cada mancha es impecable.
Maravilloso.
Comic en grapa que se edita a la vez que un tomo de la serie.
Yo tengo debilidad por este autor y sus majaradas.
Aquí tenemos páginas que se han descartado por lo que sea y el autor, en plan extras de DVD, las comenta.
Como es más delgado que el recopilatorio preferí empezar por aquí.
Vagancia.
Un detalle de Víctor Alós de mi visita a Granada.
La historia de esta obra tiene tela. Algunos de los personajes salen en unos cómics de la desaparecida Recerca, escritos por Xavier Morell, también responsable de dicha editorial. Luego esta obra se publica por Amigo en EEUU. Y ahora llega aquí.
Aunque algunos diálogos sean un poco arquetípicos y haya momentos en que el dibujo sufre las prisas de la edición, hay que reconocer que hay un par de ideas muy locas que me divirtieron (lo del urinario, sin ir más lejos) y que el diseño a lo Mignola de las sirenas es muy espectacular.
Y que el conjunto tiene un aire a la línea Laberinto bastante curioso.
Al leerlo, me di cuenta de que es un álbum que me sé de memoria pese a que no lo tendría muy presente en mi listado de historias favoritas de Mortadelo.
Y eso que la trama es una pura excusa para que los dos protagonistas hagan el cabestro.
Lo que hace que el resultado final tenga tanta gracia es la llegada de Ofelia, que empieza como secretaria sin nombre hasta el tercer capítulo que es cuando ya es bautizada. Se nota que Ibáñez empezó a ver la necesidad de ir ampliando los personajes secundarios y de las posibilidades cómicas de Ofelia.
Cuando leí este número hace muchos años, al llegar al final se me humedecieron los ojos.
Al cabo de unos números leí en el correo una carta de Len Wein que decía que durante años, había escuchado a aficionados decir que el final de su primera historia de la Cosa del Pantano les había hecho llorar, y que con este número él entendía ahora de lo que le hablaban. O algo así, no me hagáis que lo mire.
Lo he vuelto a leer y he vuelto a sentir lo mismo.
Qué GRAN número.
Hempel y Wheatley, que se convertirían en los dibujantes regulares de la serie van calentando motores en un gran número donde Jonny y su amigo Hadji viajan a la Inglaterra de Ricardo III para descubrir que lo que contaba Shakespeare de él era muy inexacto.
¿El veterano autor de DC Murphy Anderson en un número de Jonny Quest?
El veterano autor de DC Murphy Anderson en un número de Jonny Quest.
Una historia, tramposa pero eficaz, donde vemos el futuro de los personajes, perseguidos por un implacable villano.
Lo mejor es poder ver al gran Ken Steacy al dibujo.
Esta historia, una ejecución donde sólo se ven las manos de los personajes, es brutal. Lectura obligada, si no la conocéis.
Y acabo aquí las lecturas preGranada.
Sigo sin tener muy claro por qué los policías van matando y violando para encontrar a Cass Pollack, pero me divierte cómo va mezclando sexo, género negro, terror, con giros argumentales cada dos por tres.
A Chaykin le gusta más la segunda parte. Bueno, no está mal. Pero confieso que me parece más impostada, aparte de ser más deprimente.
Puede que sea por lo que contó en la charla, y las traductoras no se atrevieron a decir con exactitud: La primera parte eran mis ganas de follar, la segunda es la nostalgia de poder follar. Tengo setenta años, joder.
Posiblemente la obra más floja de Chaykin de los último años, y pese a ello, mejor que muchas otras cosas que se publican con mucha más repercusión.
Sólo por dos escenas, que harán explotar la cabeza a más de uno en estos tiempos en que contar según qué cosas se mira de forma sospechosa, ya me ha compensado el tiempo.
