martes, 3 de agosto de 2021

Daniel Acuña: Marvel Treasury Edition

Una miniserie con historias cortas bastante olvidables, realizadas en general por autores de primera fila.

El marco de estas historias, todo son sueños ante un ataque de Pesadilla, es pura decoración y aún más olvidable. Y encima hace que todas las historias sean aún más prescindibles de lo que ya eran inicialmente... 

Me quedo con el trabajo de algunos dibujantes (y verlos en esta edición Treasury hace que algunos sean muy espectaculares), y con alguno de los relatos, como el de Bill Sienkiewicz que aprovecha para hablar de la labor de los creadores de cómic, o ésta de Daniel Acuña que mezcla personajes de segunda fila (el Jinete Fantasma, Killraven, Ikaris, ¡hasta una especie de Mosca Humana!) con estética a lo Mad Max de película italiana de videoclub. ¿No son sueños? Pues juguemos. 



Dan Spiegle y William Messner-Loebs: Jonny Quest 7

Una aventura de lo más simpática, basada en la confusión entre una excéntrica científica y aventurera y una pobre funcionaria de Servicios Sociales que quiere asegurarse de que Jonny Quest está debidamente atendido en sus estudios domiciliarios...

Y encima lo dibuja Dan Spiegle, un dibujante algo olvidado pero muy competente.



Barnaby Bagenda y Tom King: The Omega Men TPB

No acabo de entender ya la puñetera continuidad de DC. Parece como si esto fuese su primera historia, pero nos lo meten con Kyle Rayner, el verdadero héroe de la maxiserie. ¿Nos olvidamos de las apariciones de estos personajes en la colección de Green Lantern o los Nuevos Titanes? En fin, está bien ponérselo fácil a los recién llegados pero no veo por qué tienen que liarnos a los más veteranos, sobre todo cuando me parece que no era necesario y se podía contentar a todo el mundo...

Lo bueno es que el dibujante es espectacular y que la trama es ingeniosa, con muchos paralelismos con los problemas actuales de Oriente Medio, y que hay un consciente esfuerzo en que los Omega Men no nos caigan simpáticos, especialmente evidente en el amargo epílogo, lo que le da al conjunto un claro sabor de verosimilitud.



Chester Gould: Dick Tracy 1946-1947: Bajo el poder de Influencia

Otro cómic del año de la castaña que se mantiene estupendamente.

El grafismo de Gould, tan expresionista, tan contrastado, sigue funcionando como el primer día. Y sus tramas llenas de violencia (el villano acribilla a una niña en la viñeta que he elegido) siguen sorprendiendo, no parecen de esos años, sino algo mucho posterior.

Una joya.



John Buscema y Roy Thomas: Tarzan Annual 1

Este annual adapta dos de los cuentos de Tarzan. El resultado es competente, curioso, con momentos especialmente logrados, pero creo que mucho menos memorable que lo que estaban haciendo los dos autores con Conan en esa época.



Keith Giffen y R.J.M. Lofficier: Action Comics 579

Sólo a un francés se le podía pasar por la cabeza hacer un "crossover" entre Superman y Astérix.

Sólo a Keith Giffen se le podía pasar por la cabeza dibujarlo.



Dan Barry y otros: Flash Gordon Daily strips 1951-1953: La prisión del espacio

Puede que, leído de corrido, se note cierta improvisación en los guiones, pero los primeros años del Flash Gordon de Dan Barry se mantienen sorprendentemente frescos pese al más de medio siglo que ha pasado desde su primera publicación.

Puede que porque el Flash de Barry es humano, es heroico, es capaz de fracasar en algún momento o de perder alguna pelea, y sus trepidantes aventuras tienen un punto menos fantasioso que las de Raymond, convirtiéndolo en un personaje diferente.

El resultado es que he devorado este primer tomo, así que no creo que tarde en leer los siguientes.