Óscar, el hijo de los dos protagonistas, descubre la existencia del sexo. Sus dudas no le dejan vivir. Ni a sus padres,
¿Qué queréis que os diga? Disfruto horrores con estos cómics. Manel Fontdevila sabe narrar, controla los tiempos de los gags, escribe diálogos y situaciones con más chispa que una central eléctrica, dibuja un recital de expresiones faciales... Incluso coloca detalles innecesarios pero que unos pocos agradecemos (me ha encantado ver que Mauricio lee las novelas policiacas de La culla de palla).
Espero que venda montones, porque puede hacerlo. Es de esos cómics que pueden gustar y regalarse a esas personas que no son habituales del medio pero que leen algo de vez en cuando.
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