lunes, 24 de diciembre de 2018

Paul Gulacy y Doug Moench: Master of Kung Fu Omnibus 2

Este tomo recopila los mejores momentos de la serie, en mi opinión: la saga de Gato, la trilogía de los Exportadores Orientales y la saga de seis partes, con prólogo y epílogo, contra Fu Manchu. Bueno, de esta serie, de la historia de Marvel y de la historia del comic americano. Son una joya.
Gulacy está soberbio: sus juegos de luces y sombras, sus filigranas narrativas, el uso de parecidos con actores (lo que hoy no le dejarían hacer, claro) para potenciar sus personalidades. Impresionante. Aún no entiendo que no le dejaran hacer las portadas.
Moench se arriesga, con números de compleja lectura, con relaciones sentimentales más reales que las habituales en los comics de Marvel, tan soap opera ellas, con personajes complejos tremendamente reales, de forma que cuando algo malo les sucede, y les pasa con bastante frecuencia, duele. Y todo ello con unos textos tan hermosos como tristes.
Lástima que Gulacy se fuera por sus dolores de espalda que ya habían provocado algún fill-in de vez en cuando. Le sustituyó Jim Craig, un joven prometedor, con ojo para imitar a Gulacy en el estilo narrativo pero que era aún peor para las entregas, lo que causó que se llegara a reeditar algún número antiguo, o que Pat Broderick hiciera un número que se editó un año y medio más tarde o que empezara Mike Zeck a ir haciendo números de sustitución hasta que se decidió que Zeck iba a ser el dibujante fijo. Este baile de dibujantes hacía que la trama principal fuera durante una buena temporada a trompicones, apartándose uno o dos meses para dar paso a los fill-ins que, sí, estaban bien, a veces incluso muy bien, pero que no hacían olvidar su condición de relleno intemporal...

Liniers: Macanudo 12

Ideas tan marcianas y maravillosas como ésta son las que hacen esta tira tan inimitable (aunque bien lo intenten algunos sustituyéndole de vez en cuando en plan invitado especial)


Liniers: Macanudo 11

Tan memorable como siempre.
Lástima de que en este tomo repitan algunas tiras del anterior, no sé por qué. eso me hace sospechar de que los tomos son más selección que publicación integral y cronológica...

Liniers: Macanudo 10

Demasiado tiempo sin leer los últimos tomos de esta magnífica serie...
Sigue siendo tan divertido como siempre, mezclando humor absurdo, blanco, momentos más profundos con otros ligeros, frases poéticas con otras tremendamente prosaicas.
Y algunos invitados sorpresa...

lunes, 17 de diciembre de 2018

Nicolas de Crecy y Sylvain Chomet: Bug Jargal

Otros autores, muy jóvenes por entonces, dando sus primeros pasos con una adaptación de una novela de Victor Hugo, denuncia del esclavismo y del racismo.
Es correcta en lo argumental y más interesante en lo gráfico, aunque se le noten influencias a mansalva.

Alberto Breccia, Enrique Breccia y H.G. Oesterheld: Ché

Esta otra biografía de un revolucionario americano tiene como puntos álgidos, primero, a un Oesterheld brillantemente poético en sus textos, bellísimos, hechos con frases sueltas, sin enlazar, pero que permiten hacer al lector una idea muy precisa de lo que pasaba en esos momentos en la vida del protagonista.
Y, segundo, a los Breccia llenos de furia, de fuerza, de energía. Sabiendo las ideas políticas de cada uno y cómo se llevaban, trabajar juntos en una biografía del Ché debió ser un festival del humor.
¿Sabéis cómo uno sabe que hay maestros detrás de una obra? Cuando encuentras una viñeta así, con el momento en que disparan al corazón al protagonista... Qué simplicidad y qué potencia.

Luis García, Adolfo Usero y Felipe Hernández Cava: Argelia

Un álbum histórico sobre los inicios del movimiento anticolonialista de Argelia, sin protagonistas. Podría haber sido un ladrillo, relleno de datos, y por el contrario consigue transmitir de maravilla la atmósfera del enfrentamiento que se avecinaba y la sensación del abuso francés.
La mezcla de Luis García y Adolfo Usero al dibujo funciona sin fisuras, aunque haya viñetas que son más claramente de uno o del otro.
La mirada de esta viñeta me tiene enganchado, aunque la que le sigue con un policía con la cara de Belmondo sea mucho más conocida.

Andreas. Azteca

Una historia coral sobre los aztecas. Me divierten especialmente el final y una de las tramas (la del prisionero destinado al sacrificio), que me recuerdan mucho la película Apocalypto. Andreas, como en sus trabajos posteriores, tiende a narraciones nada sencillas que obligan al lector a la atención por el detalle. Me pregunto si son manías mías o hay una importante influencia de Corben en este autor... Tengo que investigarlo.
Es curioso ver en los álbumes de Ikusager muchos nombres que ahora son mucho más conocidos pero que en su momento eran recién llegados al mercado español.

Antonio Hernández Palacios y J.P. Gourmelen: Simón Bolivar, el libertador

El dibujo es una preciosidad en muchos momentos, con algunas viñetas apabullantes.
Pero me pregunto cuánto hay de Hernández Palacios y cuánto de Gourmelen en el guión. Porque esta biografía es tremendamente farragosa, llena de detalles gratuitos, sin ninguna importancia para la historia, algo a lo que era muy dado el primero en sus guiones, lo que hace que la lectura sea realmente tediosa.
Por no entrar en momentos como éste que es un claro ejemplo de libro de "Así, no".

jueves, 13 de diciembre de 2018

Carlos Giménez: Canción de Navidad

Seguramente soy yo pero veo cierto parecido en Carlos Giménez y Clint Eastwood en cuanto a que los dos les ha dado por trabajar como locos pese a tener ya una edad respetable, como si fueran conscientes de que el tiempo se les acaba (lo que es evidente con la parte final de esta obra), y quisieran dejar el máximo de obra posible...
Este álbum de más de cien páginas es buena muestra de ello. Un álbum con portada fechada en 2016 y con la última página en 2017. Seguro que ya debe haber hecho más de un álbum desde entonces...
Esta adaptación libre del relato de Dickens, nada complaciente, es idónea para que Giménez, que siempre ha tratado temas autobiográficos, vuelva a recorrer caminos ya conocidos como los "hogares del Auxilio Social" pero también para contar temas más personales y desconocidos, como su madre o algún primer amor, momentos llenos de ternura y nostalgia, bellísimos en su tristeza y mis favoritos por su emotividad. Giménez aprovecha la obra también, retomando otra de sus facetas, para denunciar la indiferencia ante los indigentes, ante los desahucios, ante la muerte de los inmigrantes...
Y, tal vez lo que me sobra más, para arreglar cuentas con un mínimamente maquillado Joan "Navárrez" Navarro.
Aunque reconozco que Giménez no se corta y es especialmente crítico consigo mismo, consciente de su cada vez mayor mal genio, de su misantropía, de su desapego familiar, de su voluntaria soledad.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava: Las memorias de Amorós 4: Ars Profetica

Final de la serie. Una pena.
Porque Federico del Barrio estaba en un momento dulce, potentísimo gráficamente, clarísimo narrativamente.
Y porque Felipe Hernández Cava llevaba al protagonista a la Segunda República, a las puertas de la Guerra Civil, a una relación amorosa bella y complicada, y sus argumentos policiacos eran cada vez mejores. El de este álbum es formidable, con un asesino psicópata que deja enigmas, y me ha tenido enganchadísimo.
Comprad los álbumes a Ikusager.
¡O que alguien los reedite en un integral, hombre, ya!

Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava: Las memorias de Amorós 3: Las alas calmas

Federico del Barrio prescinde de grises a partir de este álbum y se pasa a un blanco y negro puro, lo que creo que se ajusta mucho más a su estilo sintético.
Cava nos cuenta una historia llena de tragedia sobre el inicio del tráfico de drogas en Madrid. Porque es una obra tremendamente madrileña, llena de localizaciones y con personajes "castizos" con formas de hablar muy definidas, como Dimas, que cuando habla casi necesitas un diccionario...

Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava: Las memorias de Amorós 2: : La luz de un siglo muerto

Una trama criminal bastante clásica con falsificaciones de arte de fondo bastante mejor atada sirve de decorado para la primera historia romántica de Amorós.
Sólo le falta una banda sonora, amigos.
Una obra formidable.

Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava: Las memorias de Amorós 1: Firmado: Mister Foo

Nunca me había leído los cuatro tomos de Amorós de Cava y del Barrio. La compra de Ikusager me ha permitido corregir este vacío.
El primero es el más famoso, probablemente.
Curiosamente me parece el que tiene el argumento menos elaborado de los cuatro álbumes. Lo compensa de sobras la recreación de la época -brillante y, se nota, documentadísima-, los personajes bien definidos con cuatro detalles y unos diálogos formidables, aunque a veces suenen algo editorializantes
Me encanta ese uso de los bocadillos en la parte superior de las viñetas, algo parecido a lo que hizo Kyle Baker durante mucho tiempo para no confundir a los no habituales del medio.

Corrado Roi, Dario Argento y Stefano Piani: Dylan Dog: Profondo Nero

Que el cómic ya no es el ghetto que era es algo evidente. Antes, el cómic intentaba dignificarse ante la mirada de superioridad de la "Cultura con mayúsculas" mencionando los trabajos de gente como Patricia Highsmith que fue guionista de cómics antes que novelista famosa.
Al cómic antes sólo se acercaban autores de otros medios si eran procedentes del fantástico, que ya sufrían esas miradas de superioridad y les daba lo mismo. Eran autores como Harlan Ellison o Michael Moorcock.
Pero desde hace años estamos asistiendo de forma habitual a la publicación de cómics donde conocidos directores de cine, novelistas de gran éxito u otros nombres muy populares participan en mayor o menos medida con personajes ya conocidos, adaptaciones de sus obras o incluso, los más valientes, creaciones nuevas. Aquí tenemos nombres como Kevin Smith, Michael Chabon, Stephen King, Joss Whedon...
Aunque aquí aún no hemos visto a Pérez Reverte escribiendo al Capitán Trueno, en Italia anunciaron hace un tiempo la publicación de un álbum de Dylan Dog escrito por el director de cine Dario Argento. Los habituales ya sabréis que me encanta Dylan Dog y Argento es un director que, aunque tiene alguna película bastante terrible, tiene muchas formidables. Uno de los grandes del giallo con un personaje que le va como un guante.Una gran idea, sin duda.
El guión al final es a medias con Stefano Piani, lo que es una buena solución. Piani, además de haber escrito para Bonelli episodios de Nathan Never, por ejemplo, colaboró con Argento en su Dracula y escibió una serie de televisión de tema giallo con episodios dirigidos por otros nombres conocidos del género. Uno piensa, escéptico, que Argento se habrá limitado a dar el argumento y Piani lo habrá desarrollado. Al final del álbum Piani explica la génesis del proyecto (lo hace al final porque desmenuza la historia y su proceso creativo y leerlo antes te arruinaría las sorpresas) y cuenta que se escribió como siempre suele colaborar Argento con sus coguionistas: encerrándose en un hotel durante días y escribiendo cada uno diferentes partes. Curioso.
La historia es puro Dylan Dog. Escenas potentes y efectistas, argumento con algunas sorpresas... y elementos bastante forzados y absurdos. Como la gran mayoría de giallos, seamos sinceros. Uno ha de entrar en el juego para poder disfrutarlo. La trama cuenta con fantasmas, asesinos psicópatas, amor, mucho morbo y algo de sexo en forma de elementos sadomasoquistas (lo que permite, por cierto, un chiste de Groucho maravilloso a costa de las "50 sombras de Grey").
Siendo el resultado más que interesante y una curiosa aproximación del universo de Argento al cómic, he de reconocer que lo que más he disfrutado es el elengantísimo trabajo gráfico de Corrado Roi, especialmente al editarse en un tamaño superior al habitual y con una impresión que permite ver los detalles más sutiles. Roi nunca ha parecido tanto el hijo de Sergio Toppi y Bill Sienkiewicz que es. Roi, supongo que consciente del interés que ha despertado este álbum en Italia, nunca ha estado mejor y es una delicia poder estudiar sus viñetas y pensar qué trucos habrá usado para según qué efectos. Y encima, como cuenta Piani en su texto, les cambió el final porque lo veía poco potente. Piani estaba encantado con el cambio. Yo también porque esa viñeta final es una maravilla.
Bueno, como el resto.

Laura y Felipe Hernández Cava: Macandé

Ando estos días leyendo, releyendo, mirando los álbumes de Ikusager, principalmente porque descubrí hace unas semanas que venden sus obras por internet. Curioso. Sabía que vendían a algunas librerías de Euskadi pero poder comprar álbumes de hace más de veinte años nuevos, impecables, de álbumes que ni pudiste ver por la distribución de sus últimos tiempos y a un buen precio no deja de ser un gusto.
Este fue el primero que leí. Nunca lo había llegado a ver. Es francamente curioso. Se trata de una biografía, o una aproximación, con muchos saltos en el tiempo y cambios de perspectiva (hasta sale Hernández Cava explicando cómo descubrió al protagonista), a la figura de Macandé, una leyenda del flamenco pese a que nunca quiso grabar un disco, un hombre con serios problemas físicos y mentales y que acabó en un sanatorio mental.
Puede que sea por estos continuos saltos y cambios, estructurados alrededor de una anécdota, pero el resultado es algo frío, incluso superficial. Lo que en una historia llena de drama, tragedia y sentimiento, sobre el papel, es bastante desconcertante.
Laura, Laura Pérez Vernetti, opta en esta ocasión por un estilo muy suelto, casi abocetado a momentos, con mucho encanto pero que seguro que debió de dejar los pelos como escarpias a los más tradicionales.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Paul Gulacy y Doug Moench: Master of Kung Fu Omnibus 1

Shang-Chi empezó como una extraña mezcla de las películas de artes marciales y de la serie de televisión Kung Fu con las novelas de Fu Manchu de Sax Rohmer. Lo que como concepto no era malo pero que tenía dos grandes problemas:
1-A la hora de reeditarlo hay que ponerse de acuerdo con los herederos de Rohmer, por lo que se ha reeditado poco. Y, si se hacen continuaciones, hay que prescindir de muchos personajes secundarios perdiendo parte de su atractivo.
2-Las novelas de Rohmer son tremendamente racistas en su concepto del peligro amarillo. Aparte, he intentado leerme alguna (Ediciones B publicó unos tomos con tres novelas hace años que eran una preciosidad, con unas ilustraciones sensacionales) pero siempre me han parecido bastante terribles...
La edición de Marvel en formato omnibus, unas 600 páginas, permite darle a esta serie una reedición de lujo en cartoné, con buena impresión, buen papel y un color tal vez demasiado chillón para los dos anteriores...
Entre números americanos y españoles, lo tenía ya todo pero me apetecía tenerla en una buena edición.
Y leerla en orden y de una tacada.
Este primer tomo permite ver los excelentes números de Englehart y Starlin, los titubeantes inicios de Doug Moench (marcado por la presión de hacer esta serie y el magazine Deadly Hands of Kung Fu al mismo tiempo y con el ojo puesto en la edición semanal en el Reino Unido, lo que no le dejaba tiempo de respirar), la llegada de Paul Gulacy (ayudado por numerosos entintadores y dibujantes de números sueltos)...
Todo es correcto o incluso brillante. Me maravilla ver la cantidad de muertos inocentes que van cayendo en los números dando una atmósfera de fatalidad. Aún no me puedo creer que les dejasen publicar el final de la historia de Sandy tal y como la dejaron, tan trágico, tan operístico. Me maravilla el enfrentamiento dialéctico entre Shang-Chi y Fu Manchu en el único número que dibujó John Buscema.
Pero había cierta repetición en sus esquemas con el protagonista andando tranquilamente y siendo atacado por los hombres de Fu Manchu u otro adversario. Moench era consciente de ello, confiesa en el prólogo. Su solución: pasar la serie a algo más que un cruce entre artes marciales y novela pseudopulp, convertirla en la gran serie de espías de los años 70.
Porque a partir de la saga de Velcro, todo se dispara. Los personajes secundarios (Smith, Tarr, Reston) se instalan de forma clara y definitiva. Gulacy mejora de forma explosiva, sobre todo cuando podía entintarse. La influencia de Steranko es tremenda en cuanto a narrativa (Curiosamente, los homenajes a Steranko se ven también en otros autores como Ed Hannigan). Las tramas son sólidas y poderosas, ásperas y poco complacientes en muchos momentos. Cuando nadie sabía que era el agujero de ozono, Moench y Gulacy ya lo usaron como punto de partida de una de sus historias, la de Mordillo (curioso y sorprendente homenaje al dibujante argentino, por cierto).
Sí, ocasionalmente había que meter alguna historia de relleno para que Gulacy pudiese coger algo de aire, pero el nivel se disparó hasta hacerla una de las mejores series de Marvel de esos años y la tercera más vendida, por detrás de Amazing Spider-Man y Conan the Barbarian.
Ahora me espera el segundo, con Gato, con Shockwave, con Larner, con lo mejor...

jueves, 29 de noviembre de 2018

Calpurnio: Mundo Plasma

Un álbum montado a gag por página. Cada página viene a ser una doble tira.
El protagonismo es coral. Los protagonistas son personajes absurdos y extraños (un hombre moco, un niño poseído, un extraterrestre que quiere destruir el mundo y/o fecundar a las mujeres, un coleccionista de moscas...), atrapados en una especie de pensión sin salida. Pronto empiezan a apilarse los cadáveres...
Entre el formato y la rotación de personajes raros el resultado final parece como si Liniers se pusiese a hacer su Twin Peaks. O algo así.
Muy curioso.

John Erasmus, Pat Mills y Tony Skinner: The Complete Accident Man HC

The Accident Man fue una serial de la revista británica Toxic donde se publicaron tres aventuras a color antes del cierre de la publicación a principios de los años 90. Sus guionistas fueron Pat Mills y Tony Skinner, con tres distintos dibujantes (uno para cada historia). Los tres fueron muy dignos y se adaptaron al estilo algo grotesco que pide la temática, aunque mi favorito sea John Erasmus, que dibuja como si David Lloyd trabajara para el Madriz. Más tarde Dark Horse publicó una miniserie de tres números en blanco y negro con portadas de Howard Chaykin.
Acabo de leer un tomo con todo el material tras enterarme de que había una adaptación al cine y que ya he visto.
El protagonista de estos seriales es Mike Fallon, un asesino a sueldo especializado en asesinatos que parecen accidentes. Es machista, egocéntrico, cínico, superficial y tirando a pijo. Una joya. Cuando su ex, una activista ecologista que le dejó por una mujer, es asesinada, Fallon comprende que han sido unos compañeros suyos y, picado porque no le dijeran nada por pura cortesía profesional, se pone a investigar. Bueno, investigar. a cargarse gente a capazos.
Mills y Skinner consiguen que el humor negro corra a raudales, a la vez que nos encariñamos con el protagonista, nos fascinan sus elaborados métodos de asesinato y hacen crítica social.
La adaptación cinematográfica seguramente habrá salido adelante tras años dando vueltas gracias a las películas de John Wick. Porque aquí también vemos una sociedad de asesinos, sus locales exclusivos... Hasta dan premios rollo Oscar.
Divertidísimo. Lástima que no hicieran más historias...

domingo, 25 de noviembre de 2018

Richard Corben y John Jakes: Bloodstar

Si Den es la mezcla pasada por Corben de Lovecraft y Burroughs, Bloodstar es Howard con algo de H.G.Wells y Cuando los mundos chocan.
Posiblemente sea la historia que más me gusta de Corben, sin excesos, sin erotismos grotescos pero con todo lo que tiene que bueno el de Kansas: un mundo fantástico verosímil, fantasía a raudales, monstruos rarísimos...
Me convence más la versión original en blanco y negro que la posterior colorización aunque la rotulación mecánica original no me gusta nada...
Eso de que John Jakes, el escritor de Norte y Sur, y Gil Kane, por su diseño del protagonista con la estrella en la frente y por ponerle el nombre, estuvieran detrás del proyecto dan como resultado un equipo francamente curioso...

Sean Phillips y Ed Brubaker: My Heroes Have Always Been Junkies HC

Un tomo perteneciente a la serie Criminal correcto pero que me ha dejado bastante frío, la verdad. Tiene sus momentos, como cuando se habla de la importancia del uso de las drogas en las carreras de algunos artistas musicales, o de que los cassettes con selecciones eran loas playlists del mundo analógico, pero la trama es bastante vacua.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Jack Kirby y Stan Lee: Silver Surfer 18

El último número de la colección fue dibujado por Jack Kirby. Se publicó el mismo mes que el último número de sus Fantastic Four y su Thor, aunque aún saldrían un par de números de sus Inhumanos en Amazing Adventures.
El final lo deja todo abierto, con el Surfer mosqueadísimo con la humanidad. Vértice metió después de esta splash final la portada maericana, una rareza, y con un texto inventado para intentar cuadrarlo, si no recuerdo mal.
Me pregunto si fue sólo malas ventas o si el que John Buscema tuviera que ponerse a dibujar Fantastic Four, más sus Avengers, más Thor al cabo de un par de números de Neal Adams, también influyó en el cierre...

John Buscema y Stan Lee: Silver Surfer 17

Pero tenía encanto, se crearon personajes memorables y Stan Lee lo daba todo. John Buscema funcionaba de miedo cuando tenía un buen entintador. Y cuando no, siempre tenía grandes momentos.

John Buscema y Stan Lee: Silver Surfer 16

Mi primer contacto con Silver Surfer fue con el último número de Estela Plateada de Vértice.
Visto ahora entiendo por qué no acabó de funcionar. Empezó con un formato con más páginas pero más caro, era muy serio, sin los momentos humorísticos habituales en tramas o en textos de otras colecciones, no había más personajes habituales ni tramas secundarias...
Esta viñeta es porque, como a Tarantino, siempre me ha gustado "Sin aliento"...

jueves, 15 de noviembre de 2018

John Buscema y Stan Lee: Savage Tales 6

Como editor en jefe, Stan Lee probó diferentes formatos: colecciones con más páginas y más caras, como los primeros Silver Surfer, o las revistas en blanco y negro (o color). Sería más tarde cuando tuvieron su momento.
Pero para el primer Savage Tales, que combinaba historias de ciencia ficción, con Conan, el Hombre Cosa y Ka-Zar escribió un par de historias. La de Ka-Zar se reeditó en un posterior Savage Tales, que es el que he leído, por un problema con entregas. Esta historia se reeditaría también en un número de Astonishing Tales pero con bastante manipulación de textos e imágenes.
Es curioso ver a Lee escribiendo para un público más adulto, con viñetas con desnudos, insinuaciones de violaciones o con Ka-Zar diciendo a la mala mientras señala a unas chicas que se bañan desnudas "¿Crees que me tientas con tu cuerpo?(...) ¡Hay muchas como tú aquí! ¡Y aquí Ka-Zar es el Señor de la Jungla!".
Sólo le falta decir que se pone las botas.
Y es que la representación de las mujeres en sus cómics nunca fue su punto fuerte, seamos sinceros.

Don Heck y Stan Lee: Avengers 33

Era leer algunas viñetas y pensar en el auge de los supremacistas desde que está Trump, la verdad.

Don Heck y Stan Lee: Avengers 32

Más muestras de la preocupación de Stan Lee por problemas sociales. El racismo, en este caso.
Stan Lee fue el responsable último, como editor en jefe, de que hubiera un soldado negro entre los comandos del Sargento Furia, que naciera la Pantera Negra, que encontráramos a Robbie en las páginas de Spider-Man...
En esta historia de los Vengadores se presenta a Bill Foster, un brillante científico. Sólo más tarde, descubrimos que es negro...
Y también se presenta la primera versión de los Hijos de la Serpiente, un grupo xenófobo que no deja de ser una versión velada del KKK.
Lee no deja de señalar lo peligroso que es el silencio cobarde y cómplice ante ciertas actitudes.


John Romita y Stan Lee: Daredevil 18

Me ha hecho gracia la aclaración de los créditos, la verdad...
Otro número que me encantó en su momento, con una trama que gira sobre Foggy intentando hacerse pasar por Daredevil para impresionar a Karen Page que bien podría haber sido editada en los títulos de Superman de Mort Weisinger, pero con la primera aparición del Gladiador, uno de esos villanos que destacan.

John Romita y Stan Lee: Daredevil 15

Una de mis historias favoritas del Daredevil de Stan Lee, ayudado por un John Romita que volvía a Marvel.
Lee, en cuanto a argumentos, tenía cierta tendencia al cuento moral. Esto es muy evidente en sus historias cortas de monstruos o de terror light con Kirby, Heck o Ditko. Pero también le salía el ramalazo en algunas ocasiones como en ésta, donde recuperaba al Buey, un viejo enemigo de Spider-Man, tan fuerte como estúpido para contar una historia sobre segundas oportunidades inesperadas.
Esta splash es una maravilla.

Wally Wood y Stan Lee: Daredevil 6

Uno se pregunta qué hubiera pasado si Bill Everett hubiera sido puntual para el primer número de la colección de Daredevil, aparte del hecho nada menor de que los Vengadores no existirían...
O que Wally Wood no le hubiera cambiado el traje por uno más moderno.

Gil Kane y Stan Lee: Amazing Spider-Man 99

Un número centrado en temas personales de Peter Parker que me chocó al leerlo por primera vez ya que no había ningún supervillano.
Ahora veo que Stan Lee quería hacer un alegato en contra de las condiciones penitenciarias que imposibilitan un posible reinserción.
Ya os digo que a Lee tenía una tendencia hacia temas sociales muy marcada y ese ojo en la actualidad iba más allá de referencias contemporáneas...

Gil Kane y Stan Lee: Amazing Spider-Man 98

Lo primero que leí de Spider-Man...No es mala forma de empezar.
Uno de los elementos siempre discutidos sobre Stan Lee son los créditos. A ver, yo entiendo que desarrollara el método Marvel de hacer guiones porque tenía que escribir casi en solitario un montón de títulos, coordinar dibujantes, hablar con distribuidores, con imprentas... Y sí, la participación en los argumentos eran mayores o menores según cada dibujante. Algunos no hacían nada pero otros deberían haber aparecido como coargumentistas, sin duda.
Pero a toro pasado, todo son capotes. El que ya apareciera su nombre de alguna manera era un logro para esos años. Aunque DC ya lo hiciera, la otra gran editorial de esa época, la Western, seguía sin acreditar a nadie
Ahora me fijo, por cierto, viendo esta viñeta es la participación de Tony Mortellaro en el entintado de los fondos que él hace notar en su estilo habitual...
El modo en que aparecían los créditos suelen tener aún mucha chispa.

Gil Kane y Stan Lee: Amazing Spider-Man 97

Stan Lee, desde un punto de vista de textos, era exageradamente dramático, ruidoso, colorista, hiperbólico... y siempre con cierto sentido del humor, lo que dicen en inglés tongue in cheek, como si se lo tomara a broma, haciendo sentir cómplices a sus lectores del chiste.
Cuántos lo han imitado desde entonces.

Gil Kane, John Romita y Stan Lee: Amazing Spider-Man 96

Stan Lee entendió que la popularidad de los personajes Marvel podía servir para dar a conocer temas y generar conciencia. Ya sabéis, un gran poder y todo eso...
La trilogía de las drogas es un ejemplo de muchos.

Jack Kirby y Stan Lee: Captain America 109

Uno de los comics que repiten en mi blog. No sé cuántas veces me la habré leído.Mi historia del origen del Capi favorita.
Cómo me gustan las tintas de Syd Shores, algo macabras, sobre los lápices de Kirby.


Jack Kirby y Stan Lee: Fantastic Four 93

La historia de la Cosa secuestrado por unos Skrulls que van de gangsters y convertido en gladiador sigue funcionando con todas sus locuras. Eso sí, me choca aún ver a la Antorcha Humana volando por el espacio exterior.

Jack Kirby y Stan Lee: Fantastic Four 92

Posiblemente el mayor talento de Stan Lee fue siempre saber reconocer el talento, el potencial de otros guionistas, de dibujantes.
Leía hace unos días a Mike Zeck comentando cuando fue a una convención en los 70. Estaba por entonces dibujando cosas para la Charlton y estaba bastante verde. Pero Lee lo vio, le gustó y llamó a Marvel para que le dieran trabajo. La cosa tardó algo porque los editores de entonces no estuvieron mucho por la labor pero Zeck lo tiene en un pedestal por ello.
Hay muchas historias así.
Como dibujantes que habían dejado los cómics y Lee fue a buscarlos cuando empezaron a necesitar más autores...
Tardé años en fijarme en que Kirby dibujaba las rocas de la Cosa de una forma diferente cada vez.
No me fijaba porque siempre le quedaban bien.

Jack Kirby y Stan Lee: Fantastic Four 91

Hasta Stan Lee los diálogos en los comic books tendían a ser bastante estándar e intercambiables entre personajes. Por poner un ejemplo, en la Justice League of America de Fox, Green Lantern, Flash y Aquaman hablan de la misma forma. Lee empezó a introducir formas diferentes de hablar, muy particulares a veces, para cada personaje, una forma que permitía hacer más verosímiles a los héroes, a los villanos, a los secundarios.

Jack Kirby y Stan Lee: Fantastic Four 90

Aunque fuera algo bastante esperable por su edad, la muerte de Stan Lee me ha entristecido. Una figura con sus sombras, sí, pero con muchas más luces y sin la cual la industria del cómic americano hubiera sido muy diferente. Y la cinematográfica, claro, si nos atenemos a muchas noticias sobre su fallecimiento.
Cuando un autor de cómics, de cine, de música o lo que sea, fallece suelo hacer dos cosas: la primera es brindar por él, normalmente al cenar. En el caso de Lee fue con Chivas. La segunda es intentar recuperar alguna obra suya, que ya conozca o no.
Así que empecé a sacar algunos cómics especialmente nostálgicos de mi biblioteca. Preparaos porque vienen bastantes entradas de cómics de Stan Lee.
El principio lo tenía claro: el material correspondiente al 4 Fantásticos 46 de Vértice, lo primero de leí de Lee y Jack Kirby. Como la historia continuaba del número anterior, me he leído los cuatro números, un cifra adecuada, en un tomo encuadernado que conseguí hace años. Lástima que el encuadernado no me permita escanear según qué viñetas, pero qué bien conservados están. Un gustazo.
Que haya tanta gente de mi generación que recuerde exactamente cuál fue su primer cómic de tal o cual personaje es significativo. Que siendo las ediciones españolas de la época tan desastrosas (falta de color, remontajes, traducciones con morcillas, falta de información...) engancharan a  tantos es definitivo.

martes, 13 de noviembre de 2018

Pere Pérez y Fred Van Lente: Archer and Armstrong TPB 6: American Wasteland

Aún me estoy riendo acordándome de algunos momentos.
Qué locura de número.
Los protagonistas acaban en un hotel donde han acabado los espíritus de famosos y donde han de permanecer hasta que muera el último de sus fans. Un hotel de donde se escapa Elvis Presley cada dos por tres haciendo que la gente dude si vive aún.
Me han encantado los detalles y referencias, a capazos. Iba leyendo el tomo y consultando Google con el móvil cada vez que veía algo sospechoso. Y siempre era, efectivamente, algún guiño a algo.
El final del villano es para aplaudir.
Aunque para mí el gran momento es el enfrentamiento de Archer y Armstrong contra Bruce y Brandon Lee.

CAFU y Matt Kindt: Unity 2 TPB: Trapped by Webnet

Hay cosas de la historia que son bastante confusas, no sé si por despiste mío y se me ha pasado algún detalle, porque el guionista estaba algo torpe o porque se reserva explicaciones para próximos números... Lo mejor son los momentos brutos marca Valiant, esos que dices "Esto va a acabar fatal, con un montón de inocentes muertos". Y efectivamente.
Las escenas de acción con Ninjak las he disfrutado un horror. Me gusta cómo lo mueve CAFU.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Rafa Sandoval y Joshua Dysart: Harbinger TPB 6: Omegas

Al final de la colección regular de Harbinger cambiaba el statu quo: el gran villano, Harada, quedaba revelado al mundo como lo que era.
Esta miniserie empieza con la situación que se veía en el inicio del anterior tomo: la supuesta rendición de Harada que no era tal. Una situación que no se resolvía al final.
Uno pensaba que este tomo avanzaría la situación. Y la verdad es que estamos un poco en las mismas. Mucho relleno para poca historia.
Al menos, me alegra ver a Rafa Sandoval , y Jordi Tarragona, en la parte gráfica.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Marta Alonso Berná: Bárbara Maravilla

Marta Alonso Berná tiene un sentido del humor tirando a negro demoledor y lo aplica en esta obra a los cómics de superhéroes. Porque este cómic tiene una protagonista con una vida gris, solitaria y mediocre, acogotada por una madre castrante, que un buen día adquiere poderes en un accidente-que junta microondas, compresas con alas y bebidas energéticas- e intenta usarlos para mejorar el mundo.
Sólo que su superpoder consiste en enamorar al hombre más poderoso a su alrededor y convertirlo en un pelele deseoso de sexo con ella, una sucesión de pobres desgraciados que tienden a acabar mal o peor.
¿Suena a mujer fatal? Pues no van por ahí los tiros, no. Porque Bárbara es tan víctima del descontrol que provocan sus poderes como sus sucesivos amantes...
Y en cuanto a lo de mejorar el mundo... Es lo que pasa cuando tienes amantes que son grandes empresarios, líderes políticos, miembros de la monarquía... Que si tienes dinero y poder es más fácil cambiar las cosas.
Mucha ironía, mucha socarronería, mucha mala idea. Muy divertida.

Max: Rey Carbón

Con los años me da la impresión de que Max en sus cómics quiere hacer todo aquello que sus trabajos de ilustración no le permiten, como jugar con un estilo de dibujo menos comercial y, sobre todo, experimentar.
Rey Carbón es realmente un juego, algo críptico y lleno de referencias (consultad su blog para informaros), donde el dibujo es el tema, el medio y el mensaje, muy Marshall McLuhan todo, donde los pequeños detalles marcan la diferencia entre un Rey Carbón y un rey Cabrón, donde una idea lleva a otra...
Lo que más he disfrutado posiblemente sea la eficacia de ese dibujo estudiadamente minimalista y simple y de su sabio uso narrativo clásico (viñetas verticales para dar sensación de altura o de caída, por ejemplo).

Valentine De Landro y Peter Milligan: Shadowman Deluxe 2 HC

Pues con el final de las ediciones de Aleta, me he pasado a las ediciones americanas...
Con este tomo, que veo que Medusa también ha editado, se completa la primera etapa de Shadowman. Algo así como la mitad del tomo ya la tenía en los números de Aleta pero ahora al menos la tengo en inglés y en una edición bien maja.
Lástima que no me acabe de convencer el trabajo de Peter Milligan en esta colección. Principalmente, porque ha conseguido que el protagonista me caiga fatal y me parezca un memo integral en unos pocos números...

jueves, 8 de noviembre de 2018

Bart Sears, Joshua Dysart y Christos Gage: Bloodshot 5: ¡Traga plomo!

Este último tomo de Aleta realmente recogía dos tomos americanos, ya que en el sexto había un montón de historias sueltas más una reedición "especial" del primer número. Mejor así, la verdad.
Aunque no deja de ser un poco batiburrillo. Lo mejor es la historia del principio, dibujada en su mayoría por Bart Sears, al que hacía mucho que no veía. No es que tenga nada especial pero es suficientemente entretenida, con esa mezcla de acción, superhéroes y violencia paramilitar gratuita marca de la casa. Algo así como la mayoría de los comics de los 90 pero intentando que haya algo de sustancia.
Luego nos saltamos un par de números que aparecieron en un tomo de Archer & Armstrong para volver con el enfrentamiento entre Bloodshot y sus socios de los H.A.R.D.Corps. Hay una viñeta brutal de Al Barrionuevo y tiene sus momentos pero parece todo muy forzado. De hecho, no es muy consistente respecto al comportamiento del jefe del Proyecto Espíritu Renacido... La historia acaba con Bloodshot cogiendo puerta. La lástima es que los H.A.R.D.Corps, y cuyas historias personales me interesaban más, por no decir que nunca te puedes encariñar con uno de ellos porque a la mínima puede morir, salen de la colección para ir apareciendo de invitados de uvas a peras a partir de ahora.
Lo que es verdaderamente un poco molesto es encontrarte luego dos números, uno de ellos extra, que parecen fill-ins y poco más, y que uno no entiende dónde se sitúan la mayoría en la historia del personaje, porque está claro que no son la continuación de lo visto. La de Chaykin es francamente floja, la de Milligan es algo tramposa pero tiene un par de buenos momentos. Será un especial pero no deja de ser una pena la forma en que se liquida la colección.
Espero que la siguiente etapa recupere el pulso...

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Wayne Boring y Jerry Siegel: Superman Librocomic XXXIX

Las historias de los años 50 de Superman me encantan. Sí, están llenas de momentos absurdos, de elementos forzados pero si te las tomas con sentido del humor son sensacionales.
Y de vez en cuando salta alguna joya, como el reencuentro de Superman con Lori Lemaris, lleno de emoción, de ternura, con un Superman enamorado pero que para variar acaba fracasando y encima en algo que le importa. Una historia que encima dibuja el sensacional Wayne Boring, mi favorito de los autores clásicos sin lugar a dudas.

Curt Swan y Leo Dorfman: Superman 846

¿Qué pasaría si Superman se pusiera a ganar pasta en plan capitalismo salvaje y a sabotear a sus adversarios? Pues que no lo pararía nadie. Un planteamiento extraño para una historia curiosa.

Werner Roth y Robert Kanigher: Superman 851

Una historia setentera donde Lois Lane (Luisa Lane en la edición de Novaro) se convierte en negra para poder escribir sobre el racismo tan bienintencionada como inocentona, y con algunos momentos chocantes, como que lo primero que hace Lois tras el cambio es cambiarse ropa, u otros con los que Spike Lee no estaría de acuerdo, como que se distinga la raza por la voz.

martes, 6 de noviembre de 2018

Bartolomé Seguí y Hernán Migoya: Carvalho 1: Tatuaje

Tenía este álbum pendiente desde que salió, sí. También tenía relativamente reciente entonces la lectura de la novela de Vázquez Montalbán por lo que no quería caer en excesivas comparaciones. Creo que he hecho bien en esperar, en dejarlo reposar.
Esto me ha permitido poder disfrutar más esta obra por sí misma, posiblemente.
Hernán Migoya adapta con oficio, mantiene la trama sin atajos, conserva y destaca los tics de Carvalho (ese quemar libros, ese amor por la gastronomía, su relación con Charo) y sus contradicciones. Me han gustado especialmente los textos, por cierto, que son una delicia y, sobre todo, los diálogos que me recordaban, curiosamente, a los de Sánchez Abulí en alguna escena. Supongo que buena parte vendrán de la novela original pero sean una selección o una adaptación son modélicos.
Bartolomé Seguí ya había trabajado en cómics de serie negra ambientados en Barcelona pero aquí se supera. Esa Barcelona de los años 70 es un personaje más y toda una recreación de época, de color local, de arquitectura, de atmósfera y todo ello ayudado por un color ideal. ¿Sabéis esa frase, un tópico de cuando se compara el cómic y el cine, de que cuesta lo mismo dibujar un combate de naves espaciales que a dos personas hablando en una sala? Sí, hombre, esa frase que hace que los dibujantes pongan los ojos en blanco y piensen "¡Claro, como no lo dibujas tú!". Pues pensaba en ello al ver este álbum y en lo que costaría que la Barcelona actual se parezca a como era hace más de cuarenta años en una película y lo estupendo que ha quedado en este álbum... Aplausos por los cameos y, sobre todo, por el casting elegido. Menos mal que en España el tema de los derechos de imagen no va como en los EEUU.