viernes, 25 de septiembre de 2020

Chiqui de la Fuente y Carlos R. Soria: Robin Hood

Esta adaptación de la leyenda de Robin Hood, iba bien hasta el final, donde el Rey Ricardo Corazón de León y el padre de Lady Marian a veces son el mismo personaje y a veces no. Me lo miré varias veces y no se entiende de ninguna de las maneras.

¿Un malentendido con el guionista, tal vez? Ni idea. Pero es molesto.

Al menos, hay varias secuencias, como la del torneo o el rescate, más las presentaciones de varios de los compañeros de Robin que están bien resueltas.

Al final hay un texto de Mariano Ayuso sobre Robin Hood. Ayuso también aparece por alguna viñeta, por cierto.



Chiqui de la Fuente y Carlos A. Cornejo: Ali Babá

No sé por qué Chiqui de la Fuente hizo durante bastantes años adaptaciones de cuentos y novelas famosas que luego editaban diversas editoriales que no tenían mucho pie dentro del medio como Larousse. Según el año, la colección, la editorial o lo que sea, se publicaban unas u otras, a veces con diferentes portadas pero nadie las sacó todas. Un follón.

Total, que como me gusta este hombre me he puesto a ver cuántas hizo en total (25 ó 26, tengo una duda con una de ellas que aclararé pronto) y a buscar las que no tenía.

Esta me llegó ayer y me llamó la atención lo bruta que es a ratos. Nada de versiones light para no traumatizar a los niños. El hermano de Ali Babá es un caradura al que matan y parten en seis trozos los ladrones. Un zapatero remendón recompone el cadáver. A los ladrones los matan a lo bestia. 

Sin complejos.

O sea, que no sólo he disfrutado del trabajo de Chiqui, también de las agallas del guionista Carlos A.Cornejo.

Aparte hay un cuento al final de Tunet Vila que no pude acabar de leer de lo bobo que es. Pero como curiosidad no está mal.



Eduardo Vañó y Federico Amorós: Roberto Alcázar y Pedrín 1200

Ando leyendo números antiguos de Roberto Alcázar y Pedrín en un tomo encuadernado. Cuando lop acabé, si lo acabo, ya lo comentaré por aquí.

Pero el tema es que quise leer algo de los últimos tiempos. 

Y me he reído tanto como con las aventuras anteriores. 

Sí, a veces me río de ellos, muchas veces de hecho por lo marcianos que me resultan en ocasiones, pero tienen algo que me enganchan...

Esta aventura es un disparate de principio a fin, o sea, que o lo tiras a la basura o te lo tomas como una autoparodia y te lo pasas bomba.



Uderzo y Goscinny: Astérix: Astérix en los Juegos Olímpicos

Antes de que Mortadelo y Filemón asistieran a su primera Olimpiada, los galos más famosos del cómic lo hicieron en un álbum impecable, lleno de ironía, diversión, gags continuos y unos dibujos sensacionales.

Lo recordaba bueno, pero no tanto. Qué alegría haber vuelto a Goscinny y a Uderzo...



Gallieno Ferri y Guido Nolitta: Mister No 1

Es una pena que el material de Bonelli no acabe de interesar demasiado por estos lares.

Porque son un entretenimiento de primera y de lo más digno.

Este número me faltaba y el trabajo de Gallieno Ferri y de Sergio Bonelli, bajo su habitual pseudónimo de Guido Nolitta, me ha dado un rato de lo más agradable. 

Igual me releo los números de Zinco, mira.



Austin Briggs: Flash Gordon Sundays 1946-1948

Qué divertido es todo cuando Flash Gordon se enfrenta a Kang, cuando aparecen inventos estrambóticos como el rayo curvo o cuando la fantasía es especialmente loca, como ese loro bufón.

Qué pereza cuando vuelve a salir la reina de turno que quiere zumbarse a Flash y se comporta como una adolescente de colegio de monjas.



Roman Surzhenko y Yann: La juventud de Thorgal 2: El ojo de Odín

Final de la primera historia. 

Realmente entretenida, la verdad. Drama, magia, vikingos, giros sorprendentes.

Seguiré, sin duda.



Víctor de la Fuente: Haggarth

Me pillé hace unos días el integral francés. Lleva los tres álbumes completos, más las páginas del cuarto que acabó inacabado. De éste dicen los caraduras editores que han puesto un texto que explica los planes que tenía Víctor de la Fuente para el final pero lo que pasa es que lo que ponen es más etéreo que un anuncio de compresas de los años 80. En fin.

El cómic se sufre bastante a nivel lectura. La premisa es una memez de la que prácticamente se olvidan en dos telediarios. Las aventuras están entre lo tópico y lo forzado. Y De la Fuente nunca fue un narrador especialmente dotado, por lo que hay escenas que parecen hechas a trompicones...

Pero la verdad es que no me pillé el álbum por los argumentos demenciales, ni por la metafísica ortopédica ni por la épica descafeinada ni por el drama de todo a cien. Me lo pillé porque es una edición a buen tamaño, con una impresión brutal que da gloria zambullirse en las viñetas del creador de Haxtur. Mejor que en las cada vez más amarillentas páginas de las revistas 1984. La rotulación mecánica es un poco espantosa, eso sí.

Pero tampoco creo que me lo vuelva a leer mucho, la verdad.



viernes, 18 de septiembre de 2020

Chester Gould: Dick Tracy: Flattop el asesino

Dick Tracy no ha sido nunca uno de los niños bonitos de las tiras de prensa en España, posiblemente por no ser de la KFS.

Pero Dick Tracy tiene algo muy destacable: ha envejecido muy bien. Sus historias siguen siendo trepidantes y enloquecidas, sus grotescos villanos despreciables, los inocentes pueden morir en cualquier momento de la manera más cruel. Parece mentira que sean historias con más de tres cuartos de siglo a cuestas ya que parecen mucho más modernas, no hay olor a naftalina más allá de alguna referencia coyuntural.

Seguramente Chester Gould quedaría bizco si le dijeran que su estilo gráfico algo feísta y la violencia de sus historias, no desentonarían en revistas rollo underground (¿alguien dijo Martí?). Pero creo que no se alejaría demasiado de la verdad.

Dolmen se arriesga con esta serie (entre otras cosas por la brasa que le he metido durante años al editor) tras el cierre del último intento por parte de Norma. Por eso se empieza con un momento especialmente destacable: el enfrentamiento con Flattop, uno de los villanos más importantes de la serie. Y a él le siguen El Ceño y Temblores, otros dos grandes. Aparte, dos secundarios importantes, Vitamin Flintheart y Gertie Grava, hacen sus primeras apariciones. Sólo falta B.O Plenty que llegará en el siguiente tomo.

Si esta vez no funciona mínimamente, con esta primorosa edición, creo que tardaremos mucho en volver a verlo por aquí...



Rosa Codina: Rompepistas

A Kiko Amat, el escritor de la novela en que se basa esta novela gráfica, le gustan los cómics. Cuando sacó su primera novela me hizo mucha gracia la referencia a V de Vendetta, cuando aún no había salido la película.

Esta historia, un retrato de un punky de pueblo de diecisiete años, ha sido el primer trabajo importante de su autora. Contaba en Avilés que, al leerla, la encontró muy visual.

No conozco esta novela pero la adaptación funciona perfectamente en sí misma. No hay grandes textos explicativos, las escenas no se ven aceleradas o alargadas... Da verdadero gusto encontrar esta solidez narrativa en una autora tan joven.




Aroha Travé: Carne de cañón

Un retrato brutalmente tierno, o tiernamente brutal, de los barrios periféricos visto desde la perspectiva de unos niños.

Me quedo con los diálogos que respiran verosimilitud por los cuatro costados y con algunos momentos que me arrancaron carcajadas como la pelea de las madres a la puerta del colegio.



Tentacle Eye y Antoine Ozanam: Amargura

Entre el drama romántico y la ciencia ficción, con saltos en el tiempo, elementos de denuncia, momentos de acción...

Algo desconcertante y confuso a ratos, pero no puedo decir que no me haya entretenido.

Me encanta la planificación de algunas páginas y, sobre todo, el color.



Laura Pérez: Ocultos

Me encanta este libro como objeto, con ese formato apaisado, esos dibujos elegantes.

La historia, las historias, tienen algunos momentos más que interesantes, con momentos de lo más inquietante en su sutileza, pero me da que cómo se engarzan se podría haber hecho de formas más sencillas y efectivas.



José Pablo García: Las aventuras de Joselito

Dos cosas me parecen destacables: una es el trabajo gráfico, lleno de homenajes a la historia del cómic y que demuestran la tremenda versatilidad del autor.

La otra es el tema a tratar, tan freak, tan Sálvame de Luxe, tan ejemplar en que en cómic se puede hacer de todo.

Tony Sandoval: Epidemia de meláncolía

Una recopilación de historias cortas entre el cómic romántico, el infantil y Lovecraft.

Curiosa mezcla.



Pablo Velarde: Epílogo

"Tengo sueño. Creo que me echaré una siesta. Pero antes me leeré unas páginas de esto a ver qué tal".

....

"¡Joder! ¿80 páginas me he leído? ¡No voy a dormir nada!"

Pues eso.

Una historia sobre espías, secretos, misterios y giros sorpresa de lo más apasionante.

Y con una escena de persecución que es una maravilla.



David Sánchez: En otro lugar, un poco más tarde

Algo así como el inicio de 2001 pero en versión David Sánchez, o sea, críptica, hermética, desasosegante.



Claudio Stassi y Giovanni Di Gregorio: Dampyr: El verdugo negro

Me parece divertidísimo que el cómic que mejor refleja la Barcelona actual sea uno de unos cazadores de fantasmas hecho por dos italianos.



Ferdinando Tacconi y Alfredo Castelli: Los aristócratas 1

Una de las series más simpáticas que surgieron de Italia en los años 70 vuelve en forma de integrales, basándose en la última edición italiana.

O sea, que publican no la versión original, sino las segundas versiones hechas para Il Giornalino en los años 90 y donde se explicaba que los ladrones de guante blanco en realidad trabajan para la Reina de Inglaterra ya que la revista no podía permitir una serie sobre unos criminales, aunque sean más buenos que el pan y siempre roben a canallas y sinvergüenzas, y donde se actualizaban elementos tecnológicos.

Hubiera preferido la versión original, pero es lo que hay. Al menos hay una cierta coherencia global, ya que tras las historias de los 70 hubo varias historias para revistas alemanas, algunos álbumes, etc, lo que supuso cambios de formato.

Los guiones de Castelli son tremendamente entretenidos pero lo que más disfruto es el trabajo de Tacconi, elegante, claro y preciso como pocos.



Miguelanxo Prado: El pacto del letargo

Esta primera parte de una trilogía sobre demonios se parece menos a Hellboy o Sandman que a Quotidanía Delirante, porque importa menos al lector el enfrentamiento entre seres puros y demonios con el destino de la humanidad en juego que lo que hace un catedrático universitario enchufado, mediocre y corrupto o unos matones que son los Pepe Gotera y Otilio del crimen.
Aparte, uno no puede evitar entender el punto de vista del demonio, un personaje menos maligno y con la cabeza mejor amueblada que muchos otros de los personajes supuestamente "positivos"...
Es decir, que más que fantasía y aventura, aunque la haya, me pesa más la sorna que destila todo.


miércoles, 2 de septiembre de 2020

Ted Benoit: La philosophie dans la piscine

Ted Benoit coge a su personaje fetiche, Ray Banana, y abandona el formato álbum, el color, la línea clara, un dibujo casi robótico, las tramas aventureras.
Y nos presenta un cómic formato libro, en blanco y negro, con un dibujo muy suelto, con historias de una página, entre lo chistoso, lo bobo y lo extraño, con la filosofía y un análisis de la sociedad actual como tema de fondo.
No sé si Benoit quería hacer algo en plan L'Association o que no se veía con fuerzas para un trabajo más convencional (murió dos años después) o qué, pero el resultado es raro, raro.

Kieron Dwyer y Matt Fraction: Last of the Independents

Reedición de un álbum de hace casi veinte años y que supuso el primer trabajo de Matt Fraction.
La cosa va de homenaje/pastiche de películas setenteras como La gran estafa, en primer lugar, ya que la premisa de unos ladrones que atracan un banco perdido que resulta ser una forma de blanquear pasta unos mafiosos viene de ahí. Hasta el título era el que iba a tener originariamente la película en los EEUU. Pero también es fácil ver la influencia de las novelas de Parker, La huida y otras cosas similares. Todo un tanto visto, la verdad, pero consigue transmitir amor por el género y por cierto tipo de historias.
De todas formas, el resultado no sería igual sin el trabajo de Dwyer que usa un sorprendente formato apaisado, lo que ayuda a recordar a ciertas películas, y un bitono muy impactante.
Me pregunto si Víctor Santos lo conoce y qué opina. Se lo tengo que preguntar cuando lo vea.

Tim Sale y Jeph Loeb: Captain America: White

La última historia "de colores" de Jeph Loeb y Tim Sale se centra en el Capitán América de la Segunda Guerra Mundial y, especialmente, en su relación con Bucky.
Loeb me ha sorprendido con algunos momentos o ideas: la moralidad de matar enemigos indefensos, la virginidad del Capitán América... No sé si me convencen mucho sus argumentos o sus ocurrencias, pero al menos no es más de lo mismo. Eso sí, básicamente es una historia de aventuras, entretenida, pero que posiblemente olvidaré en poco tiempo.
Sale es otro tema. Su expresionismo, su juego con aguadas, su dinamismo minimalista, me ha dado algunas viñetas que me han dejado encantado.

Hermann y Yves H.: Duke 2

El pistolero ex-ayudante de sheriff acepta un trabajo por dinero: perseguir a una banda de criminales que van dejando un rastro de cadáveres por donde pasan. Como el primer álbum, aquí hay más de Leone o Sollima que de Ford o Hawks.
Hermann sigue siendo un dibujante espectacular pese a su edad. El color es estupendo y le ayuda una barbaridad.
Yves H. es siempre muy criticado y no negaré que sus primeros trabajos eran un poco torpes. Pero hace tiempo que sus historias son competentes. Y en esta serie de momento me parece que los resultados son más que entretenidos.

Nazario: Mujeres raras

Este recopilatorio de historietas realizadas entre 1980 y 1988 tiene historias de todo tipo: historias de mártires, adaptaciones literarias pero sobre todo lo que hay es mucho lumpen, mucha vieja Barcelona Vieja y un retrato entre costumbrista y febril del ambiente gay de esos años.
Hay cosas que me gustan más que otras de Nazario, y este álbum no es una excepción, pero tengo muy claro que el resultado es muy personal, potente e inimitable.

Uderzo y Goscinny: Astérix 4: Astérix gladiador

Aquí ya vamos que nos matamos. Obélix en su salsa, Uderzo potentisimo, Goscinny encadenando gags como si no hubiera un mañana.
Un gran álbum.
¡Y llegan los piratas!

Enki Bilal: Bug 2

Más centrada, menos caótica que la primera parte, pero también más desganada.
Curiosa, eso sí.
A ver cómo lo remata...