Hace un montón de años vi por televisión Vampiros en La Habana, una película que me encantó y que he visto varias veces después. Así que leer un cómic dibujado por su director era una tentación demasiado grande para mí. El dibujo funciona estupendamente, recordando mucho a Quino en varias ocasiones (como cuando dibuja niños; luego lei que Juan Padrón había trabajado en los dibujos animados de Mafalda), y transmitiendo muy bien la Cuba de los años 80.
El guión, basado en la experiencia personal y los recuerdos de Mauricio Vicent, tiene partes de crónica, de reportaje periodístico, y algunas más narrativas. Se le nota cierta tendencia a tirar para lo primero y cierta rigidez en lo último pero como lo que cuenta no deja de tener interés no seré yo quien se queje, aunque también se pueda decir que hay un montón de tópicos, inevitables, en lo que cuenta .
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