Puede que no sea perfecta pero la edición de IDW es la mejor que conozco de estos clásicos. Por varias cosas, pero sobre todo por respetar el concepto de que estas dos series se publicaban juntas y fueron cambiando el modo en que se repartían el espacio con los años, lo que hace publicarlas sueltas un auténtico desastre que ha obligado a remontajes, compresiones y demás alteraciones del material original.
Leídas ahora, dejando aparte una visión de la mujer o de otras razas normal en la época pero bastante tremenda en la actualidad o una cierta narrativa a trompicones que necesita de los textos de apoyo para entender los continuos saltos de escena, me llaman la atención varias cosas. Por ejemplo, lo flojos que eran los guiones de las primeras entregas. Jungle Jim peleándose con un bicho distinto cada semana o Flash Gordon intentando desviar un planeta errante chocando un cohetito birrioso contra él.
Pero no deja de ser curioso que a partir del momento en que el dibujo de Alex Raymond da un salto impresionante de calidad, los guiones de Don Moore se empiezan a poner mucho más interesantes. Sí, hay mucho de fórmula en la serie de Flash, con esas reinas de países fantásticos que se enamoran todas del héroe rubio y se quieren quitar de enmedio a Dale Arden (o esos reyes de países fantásticos que se enamoran todos de la chica morena y se quieren quitar de enmedio a Flash Gordon) y hay muchos fallos de raccord y secundarios que desaparecen sin más y de los que nunca más se supo... Pero tienen encanto y capacidad de fascinación. E incluso algunos golpes de humor o drama que siguen funcionando casi un siglo después.
Aunque claro, con algunas imágenes tampoco me extraña.
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