La portada me parece confusa con ese contrapicado, ese perro en primer plano que se confunde con el hombre y el coche...
La historia también.
Todo gira alrededor de las conversaciones entre un escritor especializado en biografías de escritores y un anciano que parece saber mucho sobre el único libro que escribió un autor que se suicidó en los 80. Hay momentos intrigantes, otros sugerentes. Pero otros, ay, tienen un aire tan artificial, con tanta recreación, tan pretenciosos, que me sacan totalmente de la historia, se rompe conmigo la suspensión de la incredulidad...
Por no entrar en el final, que me sigue pareciendo casi de episodio de The Twilight Zone.
Dice el guionista que la cosa va de física cuántica. ¿Será por eso que el principio de incertidumbre es constante? O que, al igual que con el gato de Schrödinger, este comic está vivo o muerto a la vez. No sé, yo no lo acabo de ver.
Al menos el dibujo, con esa pluma tan suelta y tan viva ha hecho que disfrute. Menos en la portada, eso sí.
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