Las historias de los años 50 de Superman me encantan. Sí, están llenas de momentos absurdos, de elementos forzados pero si te las tomas con sentido del humor son sensacionales.
Y de vez en cuando salta alguna joya, como el reencuentro de Superman con Lori Lemaris, lleno de emoción, de ternura, con un Superman enamorado pero que para variar acaba fracasando y encima en algo que le importa. Una historia que encima dibuja el sensacional Wayne Boring, mi favorito de los autores clásicos sin lugar a dudas.
Boring es el primer Superman que leí y al que con más cariño veo. Esas viñetas en las volaba de frente como si fuera corriendo me encantan.
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