Al final de la colección regular de Harbinger cambiaba el statu quo: el gran villano, Harada, quedaba revelado al mundo como lo que era.
Esta miniserie empieza con la situación que se veía en el inicio del anterior tomo: la supuesta rendición de Harada que no era tal. Una situación que no se resolvía al final.
Uno pensaba que este tomo avanzaría la situación. Y la verdad es que estamos un poco en las mismas. Mucho relleno para poca historia.
Al menos, me alegra ver a Rafa Sandoval , y Jordi Tarragona, en la parte gráfica.
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