Una de mis historias favoritas del Daredevil de Stan Lee, ayudado por un John Romita que volvía a Marvel.
Lee, en cuanto a argumentos, tenía cierta tendencia al cuento moral. Esto es muy evidente en sus historias cortas de monstruos o de terror light con Kirby, Heck o Ditko. Pero también le salía el ramalazo en algunas ocasiones como en ésta, donde recuperaba al Buey, un viejo enemigo de Spider-Man, tan fuerte como estúpido para contar una historia sobre segundas oportunidades inesperadas.
Esta splash es una maravilla.
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