Marta Alonso Berná tiene un sentido del humor tirando a negro demoledor y lo aplica en esta obra a los cómics de superhéroes. Porque este cómic tiene una protagonista con una vida gris, solitaria y mediocre, acogotada por una madre castrante, que un buen día adquiere poderes en un accidente-que junta microondas, compresas con alas y bebidas energéticas- e intenta usarlos para mejorar el mundo.
Sólo que su superpoder consiste en enamorar al hombre más poderoso a su alrededor y convertirlo en un pelele deseoso de sexo con ella, una sucesión de pobres desgraciados que tienden a acabar mal o peor.
¿Suena a mujer fatal? Pues no van por ahí los tiros, no. Porque Bárbara es tan víctima del descontrol que provocan sus poderes como sus sucesivos amantes...
Y en cuanto a lo de mejorar el mundo... Es lo que pasa cuando tienes amantes que son grandes empresarios, líderes políticos, miembros de la monarquía... Que si tienes dinero y poder es más fácil cambiar las cosas.
Mucha ironía, mucha socarronería, mucha mala idea. Muy divertida.
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