Hickman me desconcierta. Monta lo que parece una historia cataclísmica y apocalíptica y te la resuelve de mala manera.
Y luego te monta una historia de espionaje de un número y te quedas encantado con ideas tan simpáticas como que uno de los Vengadores, y rico, quiera sobornar a miembros de la malvada organización IMA.
Ojalá todo fuera en este plan, más sencillo, más efectivo.
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