Con los personajes clásicos del tebeo español pasan cosas curiosas.
Algunos autores quieren hacer cambios estilísticos radicales en un intento de modernizarlos.
Otros quieren marcar huella contando grandes momentos de la vida de esos héroes (con poca fortuna, seamos sinceros) en un intento de llamar la atención de los medios y del público.
Otros, como José Revilla, quieren contarnos una historia como si fuera sacada de un tebeo de hace cincuenta años, con su título entre exclamaciones, con formato apaisado, con los personajes actuando como siempre, con una estructura argumental de toda la vida. Puede que esto no aporte mucho al personaje y no sé si ayuda a que nuevos lectores se acerquen a él, pero se nota en cada página que el autor lo ha hecho con muchísimo amor, respeto y lo mejor que ha sabido.
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