El cine francés siempre me ha llamado la atención por un ritmo muy característico, incluso cuando hacen comedias.
Ese ritmo me ha venido a la mente leyendo este álbum, con una de esas historias que se quedan dentro del lector dándole vueltas por dentro, y con una trama, que en otras manos podría ser una bufonada o una película de Almodóvar, repleta de amor, muerte, pasión, dolor, rabia y miedo.
De ganas de vivir, sobre todo.
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