Un cóctel francamente divertido que en otras manos podría haber sido indigesto: ambientación egipcia con evidente documentación, Moisés en una visión poco solemne y elementos fantásticos en forma de anillo mágico. O sea, una extraña mezcla de cómic histórico, bíblico y de superhéroes.
Pero lo que más me fascina es la cantidad de momentos algo chocantes. En serio, lo de Martin era tremendo.
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