Leídas ahora, y más allá de curiosidades de ver las primeras apariciones del protagonista, la Avispa y algunos villanos que luego han ido saliendo por los cómics Marvel, me llama la atención el tono tan de la DC de la época.
Me explico.
El protagonista es plano, sin matices psicológicos, nada que ver con el resto de personajes que hicieron a Marvel interesante. Sólo se apunta en un momento un pasado trágico (la muerte de su primera esposa) pero luego se olvida. Los villanos son a veces demenciales: una peonza humana que se escapa todo el tiempo por lo rápido que gira, un locutor radiofónico que consigue poderes por un micrófono radiactivo, un trompetista hipnotizador... Por no hablar de la catapulta que manda al Hombre Hormiga desde su laboratorio a cualquier parte de la ciudad donde siempre cae sobre un mullido colchón de hormigas. Esas cosas.
No me extraña que intentaran relanzar la serie transformando al protagonista en un gigante. Le falta garra ahora y ya le faltaba en la época. O más que garra, una dirección clara, saber qué querían hacer con la serie.
Al menos me consuelo con algunos números de Kirby de lo más resultones, con un Don Heck muy inspirado, con los diálogos entre el protagonista y la Avispa entre la declaración amorosa, la insinuación y el chiste.
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