Hace unos años trasladé el grueso de mi colección a la buhardilla de una casa de pueblo. Y las listas de tebeos que tenía se quedaron colgadas hace años en cuento empezaron a venir los hijos. De modo que hasta hace poco, el caos era realmente importante. Ahora la cosa empieza a estar más controlada. Y pude ver que de Bouncer tenía los tres primeros álbumes (no estaba seguro de dónde la había dejado).
Y cuando quise completar la colección, me encontré que había uno de esos integrales que recogen una serie en formato más pequeño. Arg. Hora de mirar de pillar la edición original de segunda mano.
Afortunadamente, me encontré un saldo con los siete álbumes por el precio del integral. OK, ya le regalaré los tres primeros a algún amigo.
Releído el primer arco argumental, los dos primeros tomos, me reafirmo en mis impresiones iniciales. Boucq es un dibujante tremendo, una bestia, que se adapta a una historia realista de forma espectacular y que me hace suspirar por si hubiera llegado a dibujar Blueberry. Y Jodorowsky, pese a algunos de sus tics como tener a protagonistas mutilados, o algún toque esotérico, nos cuenta una historia sórdida que le da vueltas a Tarantino y su homenaje al spaguetti western.
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