Un número que me encantó en la edición de Novaro de niño. No recordaba nada.
Tampoco me extraña, la traducción me da que debió de ser bastante libre. Todo el dilema moral al que se ha de enfrentar Superman, creo que debió de quedarse por el camino. Tengo que compararlo.
Y lo de que los responsables salieran por ahí ni lo debí de oler de chaval. Lo que más gracia me ha hecho es ver a Julius Schwartz, el editor, de poli cascarrabias.
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