Entre Omnibus y números sueltos me he leído estos números donde Ojo de Halcón va pasando de un bocazas insoportable al arquero que nos encantó a muchos. Los villanos mejores parecen ser siempre los prestados (Attuma, el Doctor Muerte), porque los propios (el Guardián de la llama) son bastante olvidables. Sólo se salva, por el mensaje antirracista, lo de los Hijos de la Serpiente, aunque la resolución sea un poco de la época, con un malo comunista del montón.
A Don Heck lo odiaba mucho. Ahora hasta lo veo con cariño. Lo que hace la nostalgia.
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