En Avilés me vino a la cabeza Quino a raíz de un comentario que no tenía nada que ver con él durante una de las charlas.
La razón era una frase que dijo hace años en una entrevista. Venía a decir que cuanto más sabes dibujar, más quieres y sabes simplificar tu estilo.
Y me di cuenta de que Quino no es un autor cinematográfico, que es un autor teatral.
Pensemos en una escena de una de sus páginas de humor: un hombre en un restaurante y un camarero. ¿Qué dibujaría Quino? Un tipo en una mesa y un camarero en una bandeja.
Nada más.
No sabrías si hay más gente en el restaurante, ni si está sentado el cliente dentro o en una terraza, ni si está a al lado de alguna ventana, o cómo es la decoración, o si está en un reservado, o al lado de la barra.
Nada.
Puro minimalismo, como la mayoría de producciones teatrales, donde el espectador/lector ya se sitúa con esta información. Porque la verdad es que la información que añades pero que el lector no necesita es sólo ruido.
Y en éstas estoy, admirando a Quino es su sencillez, que no simplicidad.
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