Esta es otra serie que parece hecha con un ojo puesto en la televisión.
Puede que porque su guionista ha trabajado en series como Perdidos, por ejemplo.
Y es que uno al leerlo, con esa ambientación ochentera, protagonistas jóvenes y temática fantástica, no puede evitar pensar en Stranger Things.
El dibujo de Cliff Chiang es una preciosidad.
Esperemos que los giros no empiecen a ser caprichos sin sentido o que la cosa empiece a alargarse innecesariamente.
Yo no tengo muchas manías para dejar las series si no van a ninguna parte.
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