Una de las mejores obras de Carlos Trillo y eso es decir mucho. Su mezcla de género negro, realismo mágico, denuncia política es brillante. Los diálogos son deliciosos y el ir interrumpiendo la trama para meter a tres personajes comentando lo que sucede es ingenioso y funciona de maravilla.
No sé cuándo se decidió colorear esta obra, publicada originariamente en blanco y negro, pero, aunque Mandrafina sea un autor que es mucho más potente sin color, como Bernet, por ejemplo, le da un punto que funciona.
Porque esta obra es un bolero. Así la definía Trillo en su presentación en la revista Puertitas y es lo que me pareció ayer leyéndola, con sus homenajes directos o sutiles, de Armando Manzanero al clásico Bésame mucho, con sus pasiones arrebatadas, sus amores truncados, sus tragedias.
Y yo no me puedo imaginar un mundo de boleros en una ambientación tropical en blanco y negro.
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