La vida está llena de pequeñas sorpresas. Conocí a un farmacéutico en una comida de colegas de profesión. En la farmacia dónde trabaja también está un buen amigo de la carrera.
Y ahora me encuentro que ese farmacéutico de Palma es el coguionista de esta novela gráfica, una historia sobre la importancia de las pequeñas cosas, de las casualidades, de las relaciones personales.
No es un cómic redondo, hay bastantes momentos en que el ritmo decae o que la situación te parece demasiado inverosímil, pero gráficamente es interesante y el tono amable de la historia es realmente simpático.
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