En La voluptuosidad Blutch demostró lo bien que sabe crear la sensación de estar en un sueño. En esta obra hace algo similar, posiblemente incluso mejor llevado. Vuelve a ser una obra sobre deseos ocultos pero con elementos más sutiles. Me gusta cómo muestra esa extraña lógica de los sueños que te hace hacer cosas absurdas o que aceptes con naturalidad lo más extraño.
Lástima del final, demasiado apresurado para mi gusto.
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