Ayers está en su línea pero Friedrich va a su bola, pasando de cómo acabó el número anterior, cambiando a uno de los personajes de canadiense a francés de un número a otro o metiendo elementos bastante inverosímiles si le interesa. El resultado de la saga es más bien irregular, a lo que no ayuda que las caracterizaciones sean muy lineales.
Peeero de vez en cuando te sorprende como las reacciones de los comandos ante un pelotón de ejecución...
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