Que el cómic ya no es el ghetto que era es algo evidente. Antes, el cómic intentaba dignificarse ante la mirada de superioridad de la "Cultura con mayúsculas" mencionando los trabajos de gente como Patricia Highsmith que fue guionista de cómics antes que novelista famosa.
Al cómic antes sólo se acercaban autores de otros medios si eran procedentes del fantástico, que ya sufrían esas miradas de superioridad y les daba lo mismo. Eran autores como Harlan Ellison o Michael Moorcock.
Pero desde hace años estamos asistiendo de forma habitual a la publicación de cómics donde conocidos directores de cine, novelistas de gran éxito u otros nombres muy populares participan en mayor o menos medida con personajes ya conocidos, adaptaciones de sus obras o incluso, los más valientes, creaciones nuevas. Aquí tenemos nombres como Kevin Smith, Michael Chabon, Stephen King, Joss Whedon...
Aunque aquí aún no hemos visto a Pérez Reverte escribiendo al Capitán Trueno, en Italia anunciaron hace un tiempo la publicación de un álbum de Dylan Dog escrito por el director de cine Dario Argento. Los habituales ya sabréis que me encanta Dylan Dog y Argento es un director que, aunque tiene alguna película bastante terrible, tiene muchas formidables. Uno de los grandes del giallo con un personaje que le va como un guante.Una gran idea, sin duda.
El guión al final es a medias con Stefano Piani, lo que es una buena solución. Piani, además de haber escrito para Bonelli episodios de Nathan Never, por ejemplo, colaboró con Argento en su Dracula y escibió una serie de televisión de tema giallo con episodios dirigidos por otros nombres conocidos del género. Uno piensa, escéptico, que Argento se habrá limitado a dar el argumento y Piani lo habrá desarrollado. Al final del álbum Piani explica la génesis del proyecto (lo hace al final porque desmenuza la historia y su proceso creativo y leerlo antes te arruinaría las sorpresas) y cuenta que se escribió como siempre suele colaborar Argento con sus coguionistas: encerrándose en un hotel durante días y escribiendo cada uno diferentes partes. Curioso.
La historia es puro Dylan Dog. Escenas potentes y efectistas, argumento con algunas sorpresas... y elementos bastante forzados y absurdos. Como la gran mayoría de giallos, seamos sinceros. Uno ha de entrar en el juego para poder disfrutarlo. La trama cuenta con fantasmas, asesinos psicópatas, amor, mucho morbo y algo de sexo en forma de elementos sadomasoquistas (lo que permite, por cierto, un chiste de Groucho maravilloso a costa de las "50 sombras de Grey").
Siendo el resultado más que interesante y una curiosa aproximación del universo de Argento al cómic, he de reconocer que lo que más he disfrutado es el elengantísimo trabajo gráfico de Corrado Roi, especialmente al editarse en un tamaño superior al habitual y con una impresión que permite ver los detalles más sutiles. Roi nunca ha parecido tanto el hijo de Sergio Toppi y Bill Sienkiewicz que es. Roi, supongo que consciente del interés que ha despertado este álbum en Italia, nunca ha estado mejor y es una delicia poder estudiar sus viñetas y pensar qué trucos habrá usado para según qué efectos. Y encima, como cuenta Piani en su texto, les cambió el final porque lo veía poco potente. Piani estaba encantado con el cambio. Yo también porque esa viñeta final es una maravilla.
Bueno, como el resto.
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