Esta otra biografía de un revolucionario americano tiene como puntos álgidos, primero, a un Oesterheld brillantemente poético en sus textos, bellísimos, hechos con frases sueltas, sin enlazar, pero que permiten hacer al lector una idea muy precisa de lo que pasaba en esos momentos en la vida del protagonista.
Y, segundo, a los Breccia llenos de furia, de fuerza, de energía. Sabiendo las ideas políticas de cada uno y cómo se llevaban, trabajar juntos en una biografía del Ché debió ser un festival del humor.
¿Sabéis cómo uno sabe que hay maestros detrás de una obra? Cuando encuentras una viñeta así, con el momento en que disparan al corazón al protagonista... Qué simplicidad y qué potencia.
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