Yo entiendo que la gente se haya quedado con la obra de autor completo de Hugo Pratt. Pero me fastidia enormemente que la industria haya olvidado las obras que hizo en Argentina con Héctor G.Oesterheld, o que si se acuerdan nos lleguen en versiones coloreadas o, peor, con traducciones de traducciones, nunca con los textos originales.
Una editorial argentina intentó publicar este Ticonderoga, con prólogo de Alejandro Martínez Viturtia, pero se quedó sólo en los primeros episodios. Aquí llegó al menos en forma de saldo...
Una lástima porque es una obra a reivindicar, llena de matices, muy entretenida y hecha por dos autores en plenas facultades.
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