David B. tiene dos vertientes en su trabajo bastante claras: la autobiografía y la traslación de sus sueños.
Y tiene una reconocida influencia de Tardi y sus historias folletinescas o de género negro.
Pues se coge todo eso, se mezcla con gracia y te sale un tebeo raro, con una atmósfera onírica y algo opresiva, pero con un elevado grado de fascinación.
Ese desierto de libros me encanta.
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