Durante el Comic Nostrum 2016, dedicado al mar, se hizo un ¿juego? ¿experimento?: dibujar un cómic a bordo de un barco, el "Rafael Verdera" (el velero más antiguo en activo de España). El guión era de Gabi Beltrán.
Los dibujantes se encargaban de una viñeta cada uno. Allí metieron mano autores jóvenes y veteranos mallorquines y los invitados. 30 dibujantes en total para unas 30 y pocas viñetas (alguno en lugar de una apaisada tenía que dibujar dos más estrechas)
Después se editó en plan fanzine (muy bien editado para ser un fanzine, por cierto) para venderse en una fiesta solidaria y recaudar dinero para los refugiados a cargo de la Cruz Roja.
Una vez leído, lo primero que me viene a la cabeza es la dificultad de englobar en un género esta historia. En los 80 tanto podría haber sido publicada en El Víbora, como en Comix Internacional o en el Creepy.
Lo segundo es que esta especie de cadáveres exquisitos en forma de cómic suelen ser un poco caóticos. Y éste no es una excepción, pero lo es muchísimo menos de lo previsible ya que hay muchas de las viñetas que se conjuntan entre ellas, dando un aspecto final bastante más homogéneo de lo que uno podría esperar.
Y elijo la de David B. porque me hace gracia, pero podría haber escogido muchas otras...
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