Como la mayoría de los de mi generación, me solía saltar las historias de Figueras en las revistas de Bruguera. O sea, me saltaba Topolino porque no entendía las referencias a los seriales, al pulp y a todo eso que tanto le interesaba al autor. Años me llevó que me gustara.
Pero sí que me hacían gracia Cine Locuras y, sobre todo, Aspirino y Colodión. Supongo que, sin ser consciente de ello, porque las referencias las tenía más mano (el cine de humor mudo, el Gordo y el Flaco, todo eso). Hasta que no hice la carrera no supe que era un colodión, curiosamente. Me pregunto cuántos chavales lo sabrían. Pero gente a los que llamaban "Aspirinos" sí que había conocido alguno...
Leer este recopilatorio me ha divertido una barbaridad, con sus gags absurdos y sencillos, y con sus dos protagonistas que se hacen perrerías sin manías, con sus herraduras de la suerte, sus robots, sus máquinas inútiles. Y mención especial para Adolfo, el gendarme, que era también un habitual de Topolino, y que es puro cine mudo clásico.
Tengo que repescar mis Din Dan y DDT para localizar la época en que dejaron de ser inventores y se metieron a gendarmes en un cambio de premisa que me tiene fascinado y que se recoge al final de este tomo.
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