Con esta obra mi mayor problema es el color. Por un lado, esos tonos apagados ayudan a dar una atmósfera perfecta para el tipo de historia que nos cuenta, recordando las fotografías antiguas sobre todo, pero también los sueños y dando por ello una mayor ambientación fantástica. Por otro, las secuencias de más acción, y las hay, sufren mucho con ese color, haciéndolas más blandas, quitando tensión.
En otro orden de cosas, debo escribir un texto para una revista en catalán sobre las utopías y me ha venido de miedo esta lectura por uno de los temas de los varios que trata Díaz Canales: el fracaso de las comunas. Muy hábilmente, por cierto. A destacar también cómo muestra la evolución de algunas personalidades por ello.
Y Munuera es una bestia parda. Expresivo y detallista bajo una aparente simplicidad.
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