Hace relativamente poco tiempo, comentaba en Facebook David Rubín algo que luego pude hablar con él tomando unas cañas. Decía Rubín que algunos autores que retoman series ya muy conocidas imitando el estilo de otros autores venían a ser como las bandas tributo de los grandes grupos del rock.
Entiendo esta postura.
También hablé hace años, en A Coruña durante un Viñetas desde O Atlántico, con Juillard acerca de su trabajo en Blake y Mortimer. Me comentaba Juillard que de niño era fan de la serie de Jacobs, que le hacía ilusión trabajar con esos personajes que le dieron tantos buenos momentos y que él lo veía como un ejercicio de estilo el usar un dibujo más similar al de Jacobs que al suyo habitual.
También entiendo esta postura.
Pensaba en ello leyendo la nueva entrega de El Jabato de José Revilla. El resultado es similar a los anteriores, una aventura muy respetuosa con las historias clásicas (sólo se permite unos breves desnudos en un mercado de esclavos) tanto en el formato apaisado como en el estilo de dibujo, la narrativa o los textos. Hasta los títulos van entre exclamaciones...
En todo ello se nota el amor al personaje y lo mucho que disfruta el autor con estos trabajos.
No sé hasta que punto el resultado es positivo para la serie ya que muchos jóvenes lectores pueden verlo como algo antiguo. De lo que estoy bastante convencido es que los viejos lectores, los que ya peinan canas si aún se peinan, están bastante satisfechos.
Y yo también. Puede que no haya nada innovador pero sí que agradezco que haya alguien que lo haga con amor a los personajes y que no intente marcar su huella contando con poca fortuna su muerte, su boda o el nacimiento de su hijo...
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