Cuentan que Ibáñez se largó de Bruguera cuando iba a hacer este álbum y empezó a prepararlo con otros personajes. Al final, Bruguera e Ibáñez llegaron a un acuerdo y los protagonistas volvieron a ser Mortadelo y Filemón pegando nuevas caras encima de donde antes estaban esos nuevos personajes (como todos, siempre me he preguntado cómo serían).
Eso sí, las primeras páginas muestran a un Filemón más cuellilargo y a un Mortadelo que se disfraza de forma más realista, cara incluida, que de costumbre. Todo muy significativo.
El álbum sigue siendo uno de los mejores de Ibáñez, probablemente por su interés en venderlo a otros editores rápidamente.
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