Me pillé hace unos días el integral francés. Lleva los tres álbumes completos, más las páginas del cuarto que acabó inacabado. De éste dicen los caraduras editores que han puesto un texto que explica los planes que tenía Víctor de la Fuente para el final pero lo que pasa es que lo que ponen es más etéreo que un anuncio de compresas de los años 80. En fin.
El cómic se sufre bastante a nivel lectura. La premisa es una memez de la que prácticamente se olvidan en dos telediarios. Las aventuras están entre lo tópico y lo forzado. Y De la Fuente nunca fue un narrador especialmente dotado, por lo que hay escenas que parecen hechas a trompicones...
Pero la verdad es que no me pillé el álbum por los argumentos demenciales, ni por la metafísica ortopédica ni por la épica descafeinada ni por el drama de todo a cien. Me lo pillé porque es una edición a buen tamaño, con una impresión brutal que da gloria zambullirse en las viñetas del creador de Haxtur. Mejor que en las cada vez más amarillentas páginas de las revistas 1984. La rotulación mecánica es un poco espantosa, eso sí.
Pero tampoco creo que me lo vuelva a leer mucho, la verdad.
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