Es curioso ver cómo la colección va cogiendo fuerza aunque haya algún paso atrás...
Me explico.
La parte mala es la última historia, que pese al espectacular Corrado Roi, tiene un argumento lleno de agujeros.
La parte buena es que cada vez más Sclavi depende menos de homenajes a clásicos del terror y se hace más personal, dando historias donde juega con la idea del doble malvado (con una vuelta de tuerca tremendamente ingeniosa) o donde hay historias dentro de historias y el metalenguaje está presente todo el tiempo.
Aparte, gráficamente me ha sorprendido ver a un Claudio Castellini más Neal Adams que nunca, con un estilo que no pega mucho con el resto. No me extraña que se fuera a colaborar para los americanos.
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