Un divertimento. Un juego.
En 1872 un marino, más tarde político, y según el prologuista un buen candidato a Jack el Destripador, planteó a varias personas nueve preguntas que debían responder con un dibujo y que iban de lo banal (comida favorita) a temas más profundos. El cuaderno original acabó hace algún tiempo en una librería de libros de segunda mano de Palma donde un conocido aficionado lo compró.
Ahora bastantes autores, que van de casi noveles a nombres muy conocidos, responden estas preguntas. Algunos lo hacen directamente, sin complicarse mucho la vida. Otros juntan las respuestas en una ilustración. Para mí los más interesantes son los que combinan las respuestas con un argumento, con una minihistorieta.
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