Una de las gracias de las historias de Dylan Dog son las referencias a clásicos del género, sus homenajes. En este tomo hay a Pesadilla en Elm Street o a Las mujeres de Stepford, aunque el mejor episodio con diferencia sea uno que recuerda vagamente ¡Jo! ¿Qué noche!
Gráficamente, me quedo con la alegría de ver algo del grandísimo Ferdinando Tacconi, todo un clásico que adoro desde que leía sus Aristócratas.
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