El porno me aburre soberanamente. Es como los musicales o las peleas de las películas de artes marciales. Funciona por unas determinadas escenas. Incluso más en el porno.
Pero me encantó el trabajo de Bernardo Muñoz en las Nuevas Hazañas Bélicas y me pillé este álbum que recoge un montón de relatos cortos de temática porno.
Un dibujo estupendo, claro, y unas historias que intentan ir más allá de lo convencional con algún interesante y divertido juego metalingüístico.
Aunque me pregunto por qué las chicas de las últimas historias se llaman siempre Marisol.
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