Que Neal Adams siga dibujando así, con ochenta años, es para quitarse el sombrero. Eso sí, siempre ha sido un dibujante de personajes humanos. Algunos monstruos siempre le han quedado muy raros. Y aquí lo vemos en cómo dibuja a la Cosa, por ejemplo. Aparte, eso de dibujarle pupilas a Silver Surfer según cuándo le rota tampoco es algo ni coherente ni que quede demasido bien.
Y lástima que sea un guionista tan mediocre. Waid intenta poner orden a sus ideas pero esto es un poco caos.
Y es una pena porque hay detalles (conocer al Galactus de la Zona Negativa, Reed Richards convertido en el nuevo Galactus) que tenían potencial y daban más juego del que se consigue, en una historia que dentro de un tiempo casi nadie recordará.
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