Es curioso ver a Florentino Flórez, tras años de dar clases a futuros dibujantes y de hacer crítica, dar un paso adelante y hacer el guion y la planificación de esta adaptación del relato de H.P. Lovecraft, que dibujan Guillermo Sanna y Jacques Salomon, antiguos alumnos suyos.
Adaptar a Lovecraft es complicado. Sus textos están llenos de descripciones de las sensaciones que producen según qué lugares o personajes, más que descripciones físicas objetivas. Eso hace que se tienda a decepcionar al lector de adaptaciones en película, serie, cómic o lo que sea.
Aparte, muchas veces se tiende a una trama muy simple, con poca acción. Esto no pasa en este relato, un viaje en un mundo de fantasía y terror, donde el protagonista se encuentra con numerosos personajes, a veces amigos, a veces enemigos.
La adaptación no intenta ser fiel. Hay cambios, algunos que sirven para darle más vivacidad al comic y otros que son tal vez más gratuitos. Entre éstos pondría los homenajes a Little Nemo, que me parecen simpáticos pero metidos con calzador, o los personajes femeninos. Que sí, que ya sabemos que Lovecraft no se caracterizó por tener a las mujeres presentes en sus historias. Pero que las mujeres que salen sean para lucir palmito con poca ropa, darle al protagonista un alivio sexual o para meter una viñeta del escote mientras se habla de "bultos" casi como si estuviéramos en una comedia de Ozores, pues, qué queréis que os diga, me saca de la historia rápidamente.
Lo que sí funciona, y muy bien, son algunas escenas de acción en plan gran espectáculo, o momentos que intentan sobrecoger al lector, como esa primera visión de las minas de ónice, y que consigue que esa sensación de decepción del lector no la haya tenido, lo que no es un mal resultado.
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