Hombre, uno entiende que la serie no funcionara económicamente.
Diez números bimestrales y aún no estaba claro qué relación había entre el superhéroe Omega y el chaval James-Michael, qué pasaba con los robots, con los poderes mentales.
La sordidez es implacable y el bullying no se ha reflejado de manera más cruda.
El tono pesimista es constante, pese a algún momento puntual de humor como ese encuentro con J.Jonah Jameson.
Y ni Omega salió en ninguna otra serie para promocionarla, ni hubo grandes invitados a excepción de Hulk y Electro.
Pero qué fascinante, qué viaje lleno de sorpresas, de enigmas.
Me preguntaré siempre qué querían hacer Gerber y Skrenes con esta colección.
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