Con los años Duchâteau tenía más gracia con los misterios, los sospechosos y los aparentes culpables se acumulan por lo que las resoluciones no son tan evidentes y se añaden toques fantásticos, o aparentemente fantásticos, de lo más agradecido.
Y Tibet era más sólido, más eficaz.
Los cuatro álbumes son deliciosos pero me quedo con la historia del circo. Eso de pasarse los autores días en el circo real les sirvió sin duda, porque todo desprende olor a serrín y a fieras enjauladas.
Convence a Vicente para que Dolmen continúe con los integrales...
ResponderEliminarUna pena que se cancelase. La seguiría completando sin duda.
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