Se me antojó releer la saga del Capitán Marvel de Jim Starlin. Así que en lugar de pillar ediciones españolas o la miniserie recopilatoria Life of Captain Marvel saqué de mis estanterías este tomo americano del 2002 que recoge también un cómic que adoro, el de la muerte de Mar-Vell, además de un par de episodios de Iron Man y Marvel Feature que tenían relación con la saga de Thanos y que también dibuja Starlin.
Por un lado ha sido un gustazo y por otro un dolor. El gustazo ha sido encontrarme con las mejores páginas del héroe kree, con un Starlin que pasa de estar bastante verde a venirse arriba en cuestión de meses, de atreverse con tramas cósmicas que afectan a un montón de personajes-muchos de ellos de creación propia- y con un tono abiertamente oscuro. Cómo me gusta el rollo freaky que metió Roy Thomas con el Capitán Marvel intercambiándose con Rick Jones, por cierto.
Y la novela gráfica de la muerte de Mar-Vell sigue siendo una maravilla que me emociona. Y eso que era un héroe bastante plano, sin demasiado trasfondo, no demasiado popular. Qué mérito.
¿Y el dolor?
El dolor ha sido el espanto de edición que se dedica a comerse páginas a mansalva, a redibujar viñetas. Las páginas que se comieron eran las splashes y las de resumen de lo sucedido pero esto hace que información importante (como el hecho de que Thanos sea el responsable de la muerte de su madre) desaparezca o que nos encontremos con páginas espantosas montadas con tres viñetas de historia nueva, obviando las de recapitulación, para ocupar una página entera de una forma abominable.
Espero que el responsable de este desastre, un resultado indigno y que parece sacado de otra época, que no está claro entre las docenas de nombres que aparecen en los créditos del tomo, esté dedicándose a otra cosa. De hecho, apostaría por ello.
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