Van Hamme salía con una chica, con la que luego se casó, que posaba en clases de dibujo al natural para Cuvelier. Se conocieron y empezaron a hacer cómics.
Esta obra empezó a publicarse en CIMOC hace muchos años. Quedó inconclusa, supongo que porque los lectores la ponían a caer de un burro. Normal. Al lado de Segrelles o Sommer, aquella historia erótica realizada a la estela de Barbarella sobre una chica en el mundo clásico griego fantástico, con sus centauros, sus amazonas, Heracles y todo eso se veía muy antigua.
Ahora lo sigue siendo.Más incluso. Sí, Cuvelier es una gran dibujante y se nota lo del dibujo al natural. Sus figuras son reales, por muy fantásticos que sean en teoría. Es el gran aliciente, el único de este álbum.
Porque la historia se ve forzada, se notan los saltos, la narración a trompicones, con un final que intenta ser trágico en la línea de los grandes mitos clásicos pero que queda ridículo.
Pero sobre todo se nota muy, muy antigua en su erotismo y en el trato de la mujer. Hay partes que ésas que te quedas a cuadros como cuando Epoxy comenta que más vale que te violen tres tíos a no follar. Tremendo.
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