Las Jornadas de Avilés me ponen las pilas en muchos sentidos.
Uno de ellos es apetecerme leer obras que se me han pasado o que no conocía o lo que sea, porque al escuchar las charlas de los autores o en conversaciones más informales con ellos me ha abierto el hambre.
El trabajo de Mamen Moreu lo conocía por El Jueves pero no había leído esta obra. Es simpática, es fresca, es divertida, pero creo que es una obra que
funciona mejor en pequeñas dosis ya que los gags sobre lo impresentable que es la protagonista pueden llegar a saturar (es decir, que empiezas a cogerle una manía bastante seria) si te lo lees de un tirón.
Esta viñeta la elijo por una foto que iba enseñando la autora en Avilés.
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