No creo que esta obra sea de las primeras que vengan a la memoria cuando se menciona el nombre de sus autores. Por una parte es lógico con la cantidad de obras maestras que realizaron. Por otra es injusto porque, pese a que el punto de partida puede recordar algo a Mort Cinder, es una delicia.
Trillo emociona, entretiene, sorprende con sus argumentos y sus textos.
Breccia da un recital de fuerza, de potencia, de maestría.
Impresionante.
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