Cuando Ditko se fue, las historias del Hechicero Supremo fueron bastante olvidables. Se perdieron sin saber muy bien qué hacer. ¿Inspecciones técnicas del estado de su mansión por gente del Ayuntamiento? ¿Problemas económicos? Lo primero se olvida y lo segundo lo acaba arreglando el siguiente guionista con magia, normal.
Mucho más interesante es lo de Nick Furia, con un Steranko que va creciendo de manera exponencial ante nuestros ojos. Es cierto que los guiones tienen pinta a veces de ser muy improvisados (eso de que Zarpa Amarilla y su sobrina sean robots al final de una saga es de lo más patillero), pero el aspecto gráfico es tan tremendo, tan potente, tan resultón que se lo perdonas todo.
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